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Gilberto Pérez Castillo
Existen unas cuentas secretas que deberían preocuparnos más a los jaliscienses en estos momentos que las del ex Presidente Carlos Salinas de Gortari.
Esas cuentas son las partidas secretas del Congreso del Estado que ha manejado desde su llegada a la coordinación de la fracción legislativa del PAN el diputado local y actual candidato del PAN a la Presidencia Municipal de Guadalajara, Jorge Salinas Osornio.
Originalmente ubicadas en la llamada partida 8000 del presupuesto del Congreso del Estado, o en cualquiera que se establezca el rubro de Apoyos a Grupos Parlamentarios o Erogaciones Parlamentarias Extraordinarias, Jorge Salinas ha echado mano de cantidades multimillonarias para tener el control de los diputados panistas y para doblar a las otras fracciones parlamentarias.
El liderazgo del que presume Jorge Salinas en el Congreso no se ha basado en sus capacidades políticas ni intelectuales, sino en su capacidad de comprar voluntades a través del dinero público que administra en el Poder Legislativo.
Para dificultar que la sociedad se enterara del saqueo y de las componendas que se han fraguado con el dinero que proviene de los impuestos de los jaliscienses, todos los integrantes de esta Legislatura, al inicio de la misma en febrero del 2007, decretaron que estas partidas secretas no serían sujetas de justificación, no serían auditables y estarían fuera de las obligaciones de transparencia que tienen todas la entidades del sector público.
Cuando se aprobaron estas condiciones de las partidas secretas con el consentimiento de todos los diputados de todos los partidos, era evidente que su destino no sería legítimo ni confesable.
Por eso no extraña el silencio de todos los actuales diputados locales ante la nota aparecida a ocho columnas en el diario MURAL del viernes pasado: Regala Emilio 120 Millones de Pesos a Diputados.
En los pasillos del Congreso ya se habla de mucho más de los 120 millones que señala MURAL y, que según el diario, habrían sido un regalo del Gobernador por haber aprobado, entre otras cosas, la ley antiaborto.
También se habla de otros 80 millones que Emilio González les habría entregado de sus propias partidas discrecionales a finales del 2007 y principios del 2008, para que por dos millones de pesos cada uno de los diputados olvidara las inconsistencias detectadas en la cuenta pública del Ejecutivo.
Además de las anteriores, la información del reparto discrecional de la partida 8000, que tan solo en el 2007 fue de 58 millones de pesos, es algo a lo que los jaliscienses no tenemos acceso.
De todas estos abusos al dinero de los jaliscienses Jorge Salinas Osornio tiene una gran responsabilidad, pues al ser el coordinador de la mayoría del PAN en el Congreso es claro que nada de esto se hubiera realizado sin su consentimiento y sin su acuerdo.
Por eso resulta fundamental que, antes de buscar otro cargo en el que también administraría recursos públicos, Jorge Salinas Osornio le dé a los jaliscienses una explicación satisfactoria del destino de todos esos recursos y no simples respuestas evasivas.
También debería retirarle inmediatamente las condiciones de secretas y discrecionales a esas partidas y permitir que la sociedad tenga acceso a esas cuentas y a la comprobación del uso que hicieron de las mismas.