Conocidos ya los resultados de las pasadas elecciones tanto a las presidencias municipales como a las diputaciones locales y federales, resulta interesante darle una repasada a los candidatos a diputados plurinominales por Jalisco que lograron llegar a la Cámara de Diputados como parte de la próxima Legislatura.

Son en total nueve los que sin hacer campaña estrictamente y que por ir en la lista de nominados llegarán a San Lázaro. De este número, cuatro son mujeres y cinco hombres jaliscienses. De ellos, cuatro ya fueron alguna vez diputados federales y los cinco restantes será la primera vez que sepan qué es legislar, y no tendrán tarea fácil.

Los jaliscienses que llegarán a la Cámara de Diputados por la vía plurinominal son: Paulina Rubio Fernández y Miguel Ángel Monraz Ibarra, por el PAN; Laura Haro Ramírez, por el PRI; Mirza Flores Gómez, María Elena Limón García y Salvador Caro Cabrera, por el partido Movimiento Ciudadano; y Antonio Pérez Garibay, Maximiano Barbosa Llamas y Cecilia Márquez, por Morena.

De todos estos nombres anteriores destaco dos: el de Maximiano Barbosa Llamas, mítico ex líder del movimiento El Barzón, quien regresa a San Lázaro luego de haber sido diputado federal del PRD, y tras una larga ausencia del país; y Antonio Pérez Garibay, mejor conocido como padre del campeón de automovilismo “Checo” Pérez, y eterno aspirante a un cargo de elección popular por el partido político que le dé cabida.

La suerte tocó a la puerta de Maximiano y de Toño.

Barbosa Llamas estuvo ausente de Jalisco y del país por espacio de diez años. Se fue a radicar a los Estados Unidos, luego de sufrir un atentado junto con su hijo en un balneario de Casimiro Castillo. Ambos resultaron heridos, pero salvaron la vida. Algún día declaró que regresaría al país cuando López Obrador fuera presidente. Y lo cumplió. Pero quizás nunca se imaginó que a su regreso se encontraría con la sorpresa de que Morena lo postularía para llegar a la Cámara de Diputados por la puerta de fácil acceso: la vía plurinominal. Y ahí estará, recordando viejos tiempos cuando decir Maximiano Barbosa era remitirse al movimiento de campesinos deudores de la banca se adueñaron durante varias semanas de la Plaza de Armas y que hasta burros, toros y vacas metieron a Palacio de Gobierno.

Pero el México de hoy no es el que Barbosa Llamas dejó al irse al vecino país del norte. Hoy el campo está olvidado y no es tema de referencia para el gobierno de la 4T. El sector campesino del país sigue plasmado únicamente en el discurso oficial, pero no en hechos que lo rescaten del abandono del que ha sido objeto en los últimos años. Hoy Maximiano Barbosa no le dice nada a las nuevas generaciones campesinas o ganaderas. Es sólo un buen recuerdo en abuelos y padres. Será importante conocer si el legendario líder de el extinto Barzón trae aún ganas de pelear desde la tribuna legislativa en favor de un campo que sobrevive, y que su despertar depende del apoyo que le otorgue el gobierno cuyo partido lo llevó a la Cámara de Diputados.

El caso de Antonio Pérez Garibay es distinto. Toño se “sacó la lotería”. Buscó la candidatura al gobierno del Estado y luego a la presidencia municipal de Guadalajara bajo el cobijo de Morena, sin éxito. Sin embargo, sus buenos oficios de publirrelacionista lo llevaron a ser incluido en la lista de candidatos plurinominales y la suerte le volvió a sonreir porque logró llegar al lugar que otros muchos aspirantes con una larga trayectoria y experiencia política buscaban llegar y no lo lograron.

¿Qué puede aportar Pérez Garibay a la Cámara de Diputados, al país y a los jaliscienses que, junto con los demás estados que conforman la primera circunscripción, le dieron los votos para llegar a la máxima tribuna a partir del primero de septiembre? La verdad es una incógnita.

Seguramente más de un candidato de Morena que perdió la elección, hubiese preferido estar en el lugar de Toño Pérez, quien simplemente supo estar en el lugar y momento adecuado. Es más, la suerte de Barbosa Llamas y Pérez Garibay contrasta con la figura de Ramírez Acuña, quien con un largo historial político y de cargos obtenidos, desde alcalde hasta gobernador, secretario de Estado y Embajador, gastó “suela, sudor y saliva” para llegar a San Lázaro y se quedó en la orilla.

Dos perfiles muy distintos, sin una trayectoria política que los respalde, sin logros políticos que los avale, pero Maximiano Barbosa Llamas y Antonio Pérez Garibay serán nada menos que diputados federales de la 4T.