Gilberto Pérez Castillo

La estrategia diseñada el pasado fin de semana por el ala dura del Gobierno de Emilio González Márquez, en la que él mismo estuvo de acuerdo, fracaso rotundamente en su objetivo de asestarle un fuerte, tal vez definitivo, golpe al coordinador de los diputados locales panistas, Jorge Salinas Osornio.

Los estrategas u operadores políticos del Gobierno Estatal siguen demostrando ignorancia del entorno político en el que se mueven y una equivocada evaluación del verdadero poder que ejercen y del que tienen sus oponentes o contrapartes.

La estrategia consideraba que una buena parte de los diputados locales panistas le voltearan la espalda a Jorge Salinas, debilitando en definitiva su coordinación y liderazgo.

También contemplaba un linchamiento de voceros aparentemente independientes, pero sumisos al Gobierno Estatal, que apalearían con desplegados al coordinador legislativo blanquiazul.

Pero la estrategia demostró, desde los primeros minutos de su ejecución, ser una aberración política y al gobernador no le quedó otra más que tragarse el orgullo y tenderle la mano y la alfombra roja a quien tantos corajes le ha hecho pasar desde el Congreso.

Jorge Salinas no fue debilitado ni aniquilado por la sesuda estrategia diseñada por la cúpula del Gobierno de Emilio González.

Por el contrario, acabó por ser fortalecido por sus propios enemigos del Gobierno del Estado, quienes sí resultaron seriamente debilitados.