De MORENA podríamos decir que no es un partido, es una religión con un Dios de relación directa con el pueblo, sin intermediarios y sin necesidad de papa ni obispos.

Era claro y evidente que las percepciones y encuestas ponían a MORENA con una ventaja abrumadora en casi todo el territorio nacional antes de mandar hacer sus “encuestas” para decidir sus candidatos.

Y es aquí donde la diferencia la hacen los que se le puede denominar los “neo-morenistas”. ¿Quiénes son? ¿Por qué denominarlos así?

  1. El Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) al ganar la elección 2018, dejó de ver que se avecinaba la temporada electoral y se enfrascó en peleas internas que se judicializaron. Solitos cedieron a los tribunales los destinos de la primera etapa de su vida y perdieron tiempo en formar un partido estructurado. Esto los llevó a perder por completo las elecciones de Hidalgo y Coahuila.
  2. No lograron echar andar un instituto de capacitación para la formación de nuevos cuadros políticos y justo al terminar sus conflictos, ya estaban parados frente una nueva temporada electoral.
  3. Por no tener unas “fuerzas básicas” produciendo nuevos morenistas, decidieron salir al mercado de políticos con una convocatoria de dos vías; la primera arrojar la red a la sociedad en general, sabiendo que eran el partido más rentable en ese momento y que caerían dentro del montón alguna pepita de oro, y la segunda vía fue ir directo sobre los actores políticos ya de reconocido cartel y experiencias política dentro de sus regiones.
  4. Se encontraron por ambas vías lo que para ellos parecían buenos gallos, y decidieron darles la confianza y favorecerlos por medio de una “encuesta”, para bautizarlos así como “Morenistas”
  5. Lo que no lograron fue convertirlos en feligreses 100% seguros de la “religión partidista” que representan, y muchos salieron a la contienda electoral ocultando lo más posible la marca MORENA de sus campañas, agregando qué tanto espacios público o privados se dedicaron a decir y dejar en claro que ellos eran candidatos “externos” a MORENA, mostrando un desprecio total a lo que ahora deberían de representar y un miedo ilógico a que los ligaran con AMLO.

Pero lo más ilógico ha sido que les cueste tanto mencionar en su discurso a Andrés Manuel López Obrador, quien es el principal predicador de su doctrina todas las mañanas a nivel nacional y es dueño de la agenda pública y de la fuerza electoral total que les podría dar el triunfo.

No entendieron que su única misión era salir a predicar la palabra de la cuarta transformación con su tres mandamientos: “no mentir, no robar y no traicionar.

El país ya está polarizado, porque estamos bien identificados como “lopezobradoristas” o como “conservadores”. Entonces, la misión de los candidatos inmaculados sólo era salir a presentarse con los feligreses lopezobradoristas sin mostrar asco a López Obrador ni miedo al qué dirán.

Queda claro que después de esta elección, sea cual sea el resultado, habrá una depuración de “neomorenistas” y que los que han entendido con claridad lo que es representar a MORENA y se sientan identificados con la causa serán los principales activos del Movimiento de Regeneración Nacional en el 2024.