Mientras fingen disciplina e inmovilidad, ya se mueven quienes aspiran a suceder a Marco Antonio Cortés Guardado en la Rectoría General de la Universidad de Guadalajara.
Acercamientos con líderes de los subgrupos que conforman el grupo político que controla a la Universidad desde hace casi 24 años -y que encabeza Raúl Padilla López-, negociaciones y acuerdos, reuniones para reagrupar a los aliados y un notorio incremento en la comunicación con periodistas son algunas de las acciones que empiezan a desplegar Tonatiuh Bravo Padilla, Alfredo Peña Ramos, Raúl Vargas López, Héctor Raúl Pérez Gómez, Héctor Raúl Solís Gadea y Ruth Padilla Múñoz.
Para la mayoría de ellos, si no es que para todos, ésta sería la última oportunidad que tendrían de aspirar seriamente al máximo cargo universitario.
El próximo Rector General entrará en su cargo el primero de abril del 2013, sin embargo, los movimientos entre los políticos universitarios se ha intensificado las últimas semanas. Una de las señas de que la sucesión empieza a calentarse y de que el jefe máximo Raúl Padilla López no quiere correr el menor riesgo de perder su amplio margen de maniobra en la designación, es la adelantada convocatoria para elegir a los miembros del Consejo General Universitario, órgano colegiado que tiene en sus votos la elección formal del Rector.
Los aspirantes se pueden clasificar en tres grupos, por sus perfiles:
Los políticos.
Tonatiuh Bravo Padilla, quien también tiene una fuerte formación académica es el actual Rector del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas, fue presidente de la desprestigiada Federación de Estudiantes de Guadalajara y es uno de los integrantes del grupo compacto que toma las decisiones políticas dentro del grupo de Raúl Padilla.
Aunque es de los que creen que “ya les toca”, lo cierto es que su perfil lo convierte en una de las opciones menos confiables, luego de la mala experiencia vivida con la traición del fallecido ex Rector Carlos Briseño Torres.
Es el aspirante al que le costaría más trabajo a Raúl Padilla decirle que otra vez no le tocó.
Alfredo Peña Ramos, es el actual Secretario General de la Universidad de Guadalajara y uno de los amigos más antiguos y más leales de los Padilla López. Sin embargo, su escaso interés por los asuntos académicos lo convierten en una figura difícil de vender ante la opinión pública.
De Alfredo Peña se dice, ya que le gusta mantener un bajo perfil, la buscará sin muchas ganas de ganarla, simplemente para aumentar sus bonos a la hora de las negociaciones.
Raúl Vargas López, es otro de los fieles políticos de Raúl Padilla, que igual le sirve dentro de la Universidad, ya fue Rector del Centro Universitario de Ciencias de la Salud, como fuera: ha sido dirigente estatal del PRD y diputado y candidato a gobernador por ese mismo partido.
Es otro que cree que “ya le toca” y hará valer su trayectoria y la fuerza de su subgrupo para pelear la Rectoría General.
Los académicos.
Luego del susto que le sacó Carlos Briseño Torres, al rebelársele desde la Rectoría General, Raúl Padilla López ordenó hacerle cambios a la Ley Orgánica de la Universidad de Guadalajara y a sus reglamentos, para quitarle atribuciones y fuerza política al cargo del Rector General.
Luego de destituir a Briseño, Padilla eligió a Marco Antonio Cortés Guardado, un académico sin fuerza política, para terminar el período.
Con esa experiencia, se barajan los siguiente nombres.
Héctor Raúl Pérez Gómez, Rector del Centro Universitario de Ciencias de la Salud, es ajeno al grupo compacto que toma las decisiones políticas importantes, no tiene injerencia en los sindicatos ni en la organización estudiantil y su fuerza en el Consejo General Universitario en casi nula.
Esa debilidad politica, más su perfil académico, lo hace un candidato a Rector General a modo, como lo fue en su momento el actual Rector General.
Héctor Raúl Solís Gadea, es el actual Coordinador General Académico de la casa de estudios. Podría ser considerado el del mejor perfil académico dado que su posición le da una visión más amplia del quehacer académico de la Universidad.
También encaja en el perfil de quien podría convertirse en un cómodo “gerente académico”, sin poner en riesgo la hegemonía política de Raúl Padilla y su grupo.