Mientras mayor despliegue hacen de su presunta fuerza, menor es la simpatía que conquistan. El partido Movimiento Ciudadano ha llegado al pico de su crisis electoral en Zapotlán el Grande, municipio al que llegaron hace seis años por las causas que hoy los hunden.

‘Bots’ originarios ¡de India o con nombres escritos en alfabeto árabe!, invaden todas las publicaciones donde sus candidatos salen mal parados. Los ‘trolls’ también son extranjeros y aparecen para atacar a los rivales fuertes. Qué lejos quedó la época donde al menos abrían perfiles falsos, pero con manejo humano, y que agredían a candidatos del PRI.

Parte de estas acusaciones hace seis años fue el millonario adeudo del Impuesto Sobre la Renta (ISR) de los trabajadores que causó la última administración tricolor, esto le sirvió a Alberto Esquer para llevar el sindicato del Ayuntamiento a su campaña.

Hoy el posible desfalco es emecista: desde 2018 dejaron de pagarle las cuotas al Instituto de Pensiones del Estado (Ipejal), aun cuando las retuvieron. La deuda llega a 56 millones de pesos y ya les valió una denuncia del candidato del Partido del Trabajo ante la Auditoría Superior del Estado. ¡Déja-vu!

Siguiendo con el rosario de crisis. El pasado martes su candidata a la alcaldía, Laura Martínez, recibió una serie de reclamos de los empresarios restauranteros en un foro donde participaron otros adversarios.

Al día siguiente el partido difundió de manera masiva una encuesta donde MC arrasa en el primer lugar de la presidencia municipal y las dos diputaciones del Distrito 19. Sólo cosecharon reacciones de oposición.

Por la tarde del 5 de mayo pusieron la cereza al pastel de su desesperación: organizaron una marcha multitudinaria por el primer cuadro de Ciudad Guzmán, con un pretexto tan burdo como “las mujeres”, pero con nutrida participación masculina.

Los asistentes tienen rostros muy conocidos: la nómina del Gobierno Municipal, sus familias y los liderazgos de colonias que cada tres años acarrean. Su peor imagen fue la aglomeración en una contienda donde el árbitro electoral recomienda eventos que no pasen de 50 personas.

El colmo es que, por mostrar músculo -artificial-, los candidatos naranjas cavaron su credibilidad: hace un año la administración de Pepe Guerrero (hoy aspirante a diputado federal) resaltó por implementar duras medidas contra el COVID-19, más estrictas que las de Enrique Alfaro.

Justo ese fue el reproche de los restauranteros, pero también lo ha sido de comerciantes ambulantes y de más, todos afectados en sus ingresos por los personajes que siendo autoridad muestran una cara y como candidatos la cambian para favorecer sus intereses.

MC no puede darse el lujo de perder Ciudad Guzmán ni el Distrito 19, pero se enfilan a hacerlo. Si alguna duda nos quedaba, con cada acto desesperado para desmentirlo se van hundiendo en las arenas movedizas de su incongruencia.