Entre no pocos priistas en Jalisco hay molestia, enojo, indignación y hasta coraje al conocerse qué jaliscienses fueron incluidos en la lista de candidatos a diputados plurinominales en la primera circunscripción. La reacción no es por la calidad sino por la cantidad… al menos eso dicen.
Reconocen, de entrada, que la inclusión del dirigente estatal de la CTM en Jalisco, Rafael Yerena Zambrano, en el lugar número cinco, y del ex dirigente estatal del PRI y ex secretario de Organización de la CNC, Francisco Javier Santillán Oceguera, en la posición nueve, fue resultado del trabajo realizado por sus respectivas centrales y en lo personal, y no como una posición obtenida por el comité estatal o como reconocimiento al priismo jalisciense.
Y si eso fuera poco, consideran la inclusión de María de los Ángeles Arredondo, secretaria general del comité estatal, en el lugar número 12, como un pobre reconocimiento al peso que el priismo en Jalisco representa a nivel nacional y a la cantidad de votos que en cada elección presidencial aportan para su abanderado.
Y una más: una jalisciense a quienes sus correligionarios siempre han considerado más defeña o “chilanga” que tapatía, María Esther Scherman Leaño, fue postulada en el lugar número cuatro de la Cuarta Circunscripción, precisamente por el Distrito Federal.
Valga decir que quien sabe de estas lides me pronosticó: Scherman jugará un papel importante en la próxima Legislatura federal y presidirá una de las comisiones legislativas de mayor peso e importancia. Al tiempo.
Pero más o menos importante, según de quien se trate, resulta que pocos saben quién es Santillán Oceguera. No lo hacen en su radar de la militancia priista… hasta que preguntan.
Otros, por su parte, consideran que la inclusión de Yerena Zambrano y Santillán Oceguera en lugares de la lista que prácticamente aseguran su llegada a la Cámara de Diputados, no es sino muestra de que las nuevas generaciones de priistas no han trascendido más allá de las fronteras de la entidad como para ser tomados en cuenta, por su peso y trayectoria, en la mesa de decisiones del Comité Ejecutivo Nacional.
Otra razón: que haya quienes con poder de influir en la cúpula priista nacional para lograr la inclusión en las plurinominales de figuras jóvenes no lo haga. O peor: que sea aquí en el propio estado donde se bloquee a quienes sí tienen posibilidades de ser incluidos.
Una cosa es cierta: el priismo jalisciense ya tiene un largo tiempo que no tiene mayor influencia en el centro. Ya no es tomado en cuenta. No pesa, en una palabra. ¿Cómo es posible que tres sinaloenses y una bajacaliforniana ocupen los primeros lugares de la lista de plurinominales en esta primera circunscripción y no aparezca en ninguna de estas posiciones un jalisciense? plantean.
¿Será acaso que el priismo jalisciense se volvió muy “ratonero”; o sea que prefieren hacer trabajo político encerrado aquí en Jalisco antes que buscar sobresalir y pesar en la capital del país, que quiérase o no sigue siendo el centro donde se toman las decisiones?
Sea como sea, yo me quedo con lo que en reiteradas ocasiones me ha dicho un joven pero con una gran experiencia política: “¡Este es el PRI…! ¡Así es el PRI…! Es el PRI de siempre…
Y tiene razón…