Julio César Hernández
Dice el dicho: “Hágase la voluntad de Dios en los bueyes de mi compadre”.
Ayer el diputado José María Martínez Martínez propuso al pleno la integración de una “Comisión Ciudadada” -merece ir entre comillas-, que investigue por qué los anteriores diputados decidieron pagarle al Auditor Superior las prestaciones que le adeudaban, no obstante que él fue uno de los legisladores de la LVII Legislatura que aprobaron dicho pago.
Además de lo absurdo de la propuesta y aun más absurdo el por quién estaría integrada dicha “Comisión” , los aplausos que quiso llevarse el legislador panista con esta propuesta los arrancaría de la ciudadanía en general si propusiera, y lo concretaran, la integración de una Comisión Ciudadana que fiscalizara la actuación de él y del resto de sus compañeros diputados.
Y si deveras le importara hacer a un lado el interés partidista y reforzar la participación ciudadana en la toma de decisiones, ya estaría proponiendo y convenciendo al pleno del Congreso de hacer realidad una sentida demanda ciudadana: la revocación de mandato.
Esa sería una propuesta sería, de enorme valor para la democracia de Jalisco, y sin duda alguna que pasaría a la historia, al igual que sus compañeros de Legislatura, si además de analizarla y discutirla, la aprobaran. Entonces sí, quizás, podría quedar redimido ante el electorado y podría hasta “echarse a la bolsa” infinidad de apoyos para obtener la presidencia municipal de Guadalajara.
Pero, bueno, la verdad es que hay cosas serias que ni por asomo o equivocación las abordarían los diputados, y sí, en cambio, tienen la genialidad de proponer cuanto acto sirva para mantener vivo el “escenario del absurdo”.