Por Julio César Hernández

Que la candidatura de unidad para la dirigencia del nuevo presidente del PRI nunca estuvo en la perspectiva de Beatriz Paredes Rangel sino únicamente en la mente del Comité Estatal… y de los aspirantes que creían que esa “unidad” podría recaer en ellos.

Tan es así que, primero nunca convocó –ni piensa convocar, aseguran- a los aspirantes a la dirigencia, que para algunos optimistas llega a 19, pero para quienes vemos con seriedad los perfiles no pasan de cinco; segundo, que ni siquiera los delegados –estatal y regional-, Raúl Mejía y Jaime Aguilar Álvarez, se han sentado a dialogar con estos aspirantes; tercero, que la dirigencia nacional no tiene la menor preocupación por el saldo que deje una elección entre consejeros; cuarto, que la convocatoria que hoy será dada a conocer, no traerá “candado” especial ni dedicatoria para candidato alguno.

Francisco Morales Aceves bien hace en llamarle “directorio telefónico de los aspirantes”, por la cantidad de militantes que han sido incluidos en la lista, pero respecto a una candidatura de unidad, a los ojos de la sociedad, consideró que no es lo más conveniente.

Y argumenta:

“Decir que un proceso donde compitan varias fórmulas, nos anula como partido… fíjense ya en la etapa que vamos. Ese argumento (el de la división interna) ya se usó para escoger el método. Se escogió el método de consejeros para no ir a la consulta abierta, pero ahora resulta que ya tenemos el método y ahora la queremos (la elección) peladita y en la boca.

“¡Ahora queremos que sólo haya un candidato de unidad! Los candidatos de unidad, por lo regular, surjen en los tiempos de prosperidad…

“Para una candidatura de unidad, no están las condiciones para que se pueda creer, en términos de sociedad, que 19 que hemos levantado la mano, nos pusimos de acuerdo mágicamente para que uno de los 19 vaya”.

“Creo que la mejor noticia que le podemos dar a la sociedad y al priísmo –agregó-, es demostrar que tenemos capacidad para organizar un proceso creíble, con limpieza, con transparencia y con certidumbre.

“Si ni siquiera una asamblea estatal de consejeros podemos hacer… si no podemos lo poco, ¿cómo podemos hacer lo mucho para conquistar a la sociedad? Si no somos capaces de poner orden en la casa, ¿seremos capaces más tarde de poner orden en la sociedad?

“No, pues de una vez, entonces, si ya vamos en ese esquema del candidato de unidad, ¡mejor de una vez que ya nos digan quién es! Y en ese sentido nos ahorramos gastos, costos y desgastes…”.

Morales Aceves resumió así el propósito de un candidato de unidad:

“En la condición de la dirigencia, lo más cómodo es que no haya contienda, porque entonces no habrá trabajo, nada más relevo”.