Lo que no han cuestionado sus adversarios ni planteado los periodistas, se lo puso sobre la mesa María Fernanda Tapia, estudiante de la Universidad del Valle de Atemajac (UNIVA), al candidato a la gubernatura del partido Movimiento Ciudadano, Enrique Alfaro Ramírez:
“Usted nos promete una refundación de Guadalajara (sic), lo cual me parece algo muy arriesgado; sin embargo, últimamente ha estado en el escándalo por desbandadas de priistas que se han pasado a Movimiento Ciudadano. Tenemos el caso del alcalde de Tonalá, El Salto, entre otros. ¿Cómo vamos a tener una garantía de que la refundación no va a ser solamente un reacomodo de las élites políticas?”.
A este cuestionamiento, Alfaro Ramírez respondió con un argumento que es difícil de creer cuando sabemos que al interior del PMC no se mueve “ni la hoja de un árbol” si no es con el consentimiento del presidente municipal con licencia de Guadalajara. Pero esto dijo:
“Es muy complejo que tú en la posición de una candidatura estés al pendiente de quién llega, quiénes se van, quiénes entran, quiénes se suman, pero lo que sí pueden hacer es que una de las características centrales para que esto pueda funcionar es evitar que los grupos fácticos que todos conocemos secuestren esa agenda de refundación”.
Y agregó:
“Hay personas dentro de MC que pueden no ser del agrado de todos, lo entiendo, pero mientras respeten el proyecto y no traicionen sus principios yo espero que esas personas no vayan a afectar el propósito. Voy a hacer el esfuerzo para lograrlo”.
En su respuesta, Enrique Alfaro se refiere exclusivamente a los ex priistas que llegaron en esta etapa antes y ahora durante la campaña  por la gubernatura y pretendió justificarse que en su calidad de candidato no puede estar “con un ojo al gato y otro al garabato”, pero ¿le creemos que deveras él no sólo no estuvo al pendiente sino que no “palomeó” a todos estos ex priistas que llegaron a su partido recientemente, mientras él andaba en campaña?
¿Es de creerle que él no se enteró de la llegada, entrada o suma -como les llamó-, de ex priistas como Sergio Chávez, presidente municipal de Tonalá; de Adrian Salinas, ex regidor de Tlajomulco; de Luis Gómez, regidor en Tlajomulco y ex candidato a diputado federal; de Hilario Rodríguez, ex dirigente de los jóvenes priistas; o de Marcos Godínez, presidente municipal de El Salto, por mencionar sólo a quienes por sus cargos destacaron en las filas del Revolucionario Institucional? Porque no fueron militantes de base los que llegaron sino quienes conformaron la clase política priista.
¿Quién, entonces, les dio entrada al partido Movimiento Ciudadano sin consultar ni rendirle cuentas al dueño de la franquicia naranja? ¿Guillermo Medrano, el dirigente estatal del partido? ¿Enrique Ibarra Pedroza, hombre de todas las confianzas del candidato y eficiente operador político que se encargó de sumarle una camada de ex priistas antes de asumir la alcaldía interinamente? ¿Ismael del Toro, candidato a la presidencia municipal de Guadalajara, aprovechando que aún no arranca campaña? ¿Hugo Luna, quien fuera su jefe de Gabinete en la alcaldía y quien sigue siendo uno de sus muy cercanos operadores? ¿Quién, entonces, osó abrirle la puerta a priistas que pueden poner en riesgo el proyecto de refundación de su jefe político?
Por supuesto que no creemos en esa respuesta…
Pero vayamos al fondo del cuestionamiento de la estudiante María Fernanda Tapía: ¿Es con los ex priistas de antes- Enrique Ibarra, Salvador Caro, Ismael del Toro, Luis Octavio Pérez Pozos, Salvador Zamora, Marco Valerio Pérez y Verónica Delgadillo, entre otros- y con los ex priistas de ahora -los mencionados líneas arriba recién llegados- con los que Enrique Alfaro pretende refundar Jalisco, cuando él incluido como exmilitante del PRI aportaron su cuota para que existiese lo que hoy reprueba y condena? Y veamos el otro lado: ¿Es con los ex panistas de ayer  y los neoalfaristas ex blanquiazules de ahora con los que Alfaro Ramírez pretende refundar el Estado cuando éstos aportaron su cuota al formar parte de los tres gobiernos de Acción Nacional que ostentaron el poder durante 18 años?
Aterricemos: ¿Es con ex priistas y ex panistas que gobernaron Jalisco durante las últimas décadas con los que Alfaro Ramírez pretende refundar un estado y corregir lo que todos sus ahora colaboradores realizaron como parte de esos gobiernos priistas y panistas? ¿Esa es la oferta que les hace hoy a quienes por vez primera votarán al llegar a la mayoría de edad? ¿Será posible que todos ellos se hayan transformado en el lapso de seis años o menos, e inclusive de algunos meses; que se hayan cambiado el “chip” para garantizar el éxito de un gobierno que pretende refundar un estado?
Deveras que hemos de agradecerle a la joven María Fernanda Tapia que haya planteado de manera “cruda” ese cuestionamiento que nos obligó a voltear a ver y analizar una arista de la propuesta alfarista que ahí estaba y que no habíamos advertido.
O sea que para refundar Jalisco, hay que echar mano de quienes formaron parte de aquellos gobiernos que hicieron lo que hoy se pretende corregir.
Cuidado….