Días atrás, Alberto Uribe Camacho solicitó al pleno del Ayuntamiento de Tlajomulco licencia para retirarse del cargo por tiempo indefinido a partir del día último de febrero. La razón ya sabida de esta decisión sería para integrarse al equipo de Enrique Alfaro Ramírez como coordinador de su campaña a la gubernatura.
Sin embargo, trasciende que las relaciones entre ambos se ha fracturado al grado de que Uribe Camacho deje de pertenecer al grupo alfarista y, por tanto, su carrera política tome otro derrotero alejado del Partido Movimiento Ciudadano al que, al igual que Alfaro y algunos de sus compañeros más, no está afiliado y del que prácticamente se mantuvo alejado.
En este marco, hay información de que Alberto Uribe ha sostenido pláticas para ser candidato a diputado por la coalición “Juntos haremos historia”, que integran los partidos Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), del Trabajo (PT) y Encuentro Social (PES), cargo al que aspiraba ser postulado por MC vía plurinominal y que, al parecer, no lo tiene asegurado y eso sería la razón por la que habría terminado su relación con Alfaro.
De acuerdo a lo que se conoció en los corrillos alfaristas, luego de “jaloneos”, de varios “estira y aflojas” porque Uribe Camacho pretendía reelegirse -cosa que se le impidió- o ser candidato a la alcaldía de Guadalajara -tampoco se le aprobó-, finalmente llegó a un acuerdo con Alfaro para ser su coordinador de campaña e ir en la lista de candidatos a diputados plurinominales y ser el coordinador de la próxima bancada pemecista.
Pero aseguran que algo sucedió en días pasados que “enfrió” seriamente las relaciones entre Enrique y Alberto, quien habría tenido ya encuentros con representantes de la alianza lópezobradorista con el PT y el PES, sin confirmar aún que se hubiese “amarrado” ya o concretado algún acuerdo para ser candidato por esa coalición, pero tampoco que no hubiesen llegado a un acuerdo.
O sea, que las negociaciones entre Uribe Camacho y la coalición “Juntos haremos historia” aún siguen abiertas.
Fuentes cercanas al alfarismo cuentan que desde meses atrás se había registrado un ambiente de enfriamiento entre Alberto Uribe con Enrique Alfaro e Ismael del Toro, debido a que el primero registraba un protagonismo que no fue del agrado de los dos primeros, principalmente por ser considerado el mejor alcalde de los tres que ha tenido Tlajomulco y porque superó al hoy precandidato a la gubernatura en la puntuación obtenida en la llamada “ratificación de mandato” al ocupar la segunda posición -después de María Elena Limón-, en tanto el alcalde con licencia de Guadalajara quedó en el quinto y último lugar de los gobernantes metropolitanos.
Pero no sólo eso, sino que al parecer tampoco les gustó que Uribe Camacho, en su momento, lo presumiera y difundiera en cuanta entrevista tenía con los medios de comunicación.
Las versiones de éste rompimiento entre Alfaro y Uribe cobraron fuerza el fin de semana pasado en los corrillos políticos, particularmente en los “naranjas”, pero se fortalecieron al saberse del acercamiento y las pláticas que presuntamente se han llevado ya a cabo entre el aún alcalde de Tlajomulco y representantes de la coalición “Juntos haremos historia”, asegurando que de concretarse, Alberto Uribe sería candidato de los tres partidos que la conforman y no representando sólo a uno de ellos.
Así, pues, seguramente en estos días podríamos conocer lo que realmente sucede al interior del alfarismo y saber hasta dónde  la “fractura” de la relación entre Alfaro y Uribe es definitiva o no.
Al tiempo.