Este organismo es el responsable de dotar de Agua Potable a la Zona Metropolitana de Guadalajara, donde se asienta alrededor del 70 por ciento de la población de Jalisco. También es el responsable de la disposición de esa agua una vez que ha sido usada por la población.
Por todo lo que esto representa, el perfil adecuado del titular del Siapa es el de un funcionario con profundos conocimientos técnicos sobre el sistema de aguas y con formación financiera para que contribuya a resolver los problemas económicos que viene arrastrando la institución.
Rodolfo Ocampo, tanto en su formación académica como en sus antecedentes laborales, es ajeno al área que ahora tiene a su mando. Además, sus ambiciones políticas lo tienen con la mirada puesta en la Alcaldía de Guadalajara o en una Diputación para el 2009, por lo que su concentración no estará enfocada en las obligaciones que ahora tiene sino en las jugadas que necesita hacer para lograr su objetivo.
Un factor adicional que complica el funcionamiento de Rodolfo Ocampo como director del Siapa es que no pertenece al grupo político del Gobernador del Estado sino a uno contrario, que mantiene la confrontación permanente, lo que está generando desde ya una tensión política que también se está convirtiendo en un factor de distracción.
Adiós a los Técnicos
La primera disposición de Rodolfo Ocampo como director del Siapa fue la destitución y liquidación de los principales Mandos Superiores y Medios del Sistema, para sustituirlos por políticos afines a su grupo político y sin experiencias en las áreas que ahora ocupan.
Esa simple decisión política le costó al Siapa más de 8 millones de pesos, no obstante que sus finanzas están muy lejos de estar sanas. Si hubiera más dinero disponible para liquidaciones la sustitución de funcionarios habría continuado.
Entre los nuevos funcionarios del Siapa aparecen ahora políticos panistas, incluido Samuel González Márquez, el hermano del Gobernador que gana 90 mil pesos mensuales como Gerente de Saneamiento.
Para no detener la sangría a la institución, recientemente Rodolfo Ocampo le propuso al Consejo del Siapa que le autorice la creación de don nuevas Gerencias, para las que necesita 126 plazas extras, que costarían 22 millones de pesos al año a la institución.
Por supuesto los destinatarios de esas plazas son compromisos de tipo político y quienes puedan ayudar al Director del Siapa a lograr su sueño de ser Alcalde.
Hasta ahora, sin la autorización de esas dos Gerencias, el perjuicio financiero cometido en contra del Siapa es muy grande si se consideran la experiencia y la capacitación perdidas con la salida de los antiguos funcionarios, el costo que generara que los nuevos funcionarios obtenga esas capacidades y experiencia y los más de 8 millones que se han gastado en indemnizaciones.
El Siapa como trampolín
Resulta claro que la intención de Rodolfo Ocampo no es la de permanecer muchos años al frente del Siapa. Su objetivo central está en ser el Candidato del PAN a la Alcaldía de Guadalajara en el 2009. Por eso, sólo utilizará el Sistema como Casa de Precampaña.
Ocampo Velázquez está usando la nómina del Siapa para formar su equipo de trabajo político que le permita pelear la Candidatura que ya buscó sin éxito en el proceso electoral pasado. Por eso los perfiles de quienes son llamados a colaborar al Sistema son de corte político, no técnico.
Esa ambición política traerá como consecuencia mucha distracción para quien tiene en sus manos el sistema que administra el agua de la Zona Metropolitana.
Además de sus aspiraciones para dentro de dos años, otro componente complica el trabajo de Rodolfo Ocampo en el Siapa: no pertenece al mismo Grupo Político del Gobernador Emilio González, lo que genera frecuente tensión entre ellos.
Ocampo está aliado al Grupo de Eduardo Rosales, el dirigente estatal del PAN, mismo que mantiene una constante pelea por el poder con el Grupo que está actualmente en el Gobierno del Estado. Por estos días la cercana elección de los Consejeros Nacional del Partido los tiene metidos en pleito. Luego vendrán las elecciones de Comités Municipales, de Consejeros Estatales y de Comité Estatal, por lo que las tensiones seguirán.
Estas confrontaciones, que sólo tienen que ver con pleitos internos de partido, se están reflejando en la manera política en la que Rodolfo Ocampo quiere administrar el Siapa y en las piedras que en el camino le están poniendo quienes controlan el Gobierno Estatal. Y todo esto afecta por supuesto al Sistema.
Queda claro en estos primeros 45 días de su gestión que Rodolfo Ocampo no es la persona que el Siapa necesita en su Dirección General. También resulta evidente que Ocampo sólo está utilizando al Sistema como Casa de Precampaña y que su estancia al frente de la dependencia difícilmente podrá ser benéfica.
Pero la culpa no la tiene solamente él, sino que igual o mayor culpa y responsabilidad tiene el Gobernador Emilio González, que fue quien lo hizo Director.