Gilberto Pérez Castillo
El hoy exsecretario general del Congreso del Estado, Carlos Corona Martín del Campo, les sirvió a los diputados locales para que la opinión pública estuviera entretenida con el escándalo y no se fijara tanto en su desempeño como legisladores.
Carlos Corona ya se fue y ahora los diputados serán el foco de atención y el objetivo de la evaluación ciudadana, como debió haber sido desde que inició esta Legislatura en febrero pasado.
Ahora, por ejemplo, se empezarán a notar con más claridad las graves deficiencias de la llamada Ley Antiborrachos -que presumen los diputados como su orgullo- y la sociedad empezará a notar que prácticamente ninguno de sus diputados desquita el sueldo y la infraestructura con la que cuentan.
La cortina de humo ya se desvaneció. Ahora los diputados locales tendrán que demostrar que valió la pena que sus electores votarán por ellos y que se merecen poder aspirar a otro cargo de elección.