Tuve en la escuela secundaria un compañero de apellido Aguirre, al que le gustaba ajustar cualquier diferencia a golpes. Su problema era que las perdía de todas todas. Pero aún así iba de pelea a pelea.

Desde entonces mi excompañero Aguirre se me convirtió en una referencia para ese tipo de personas a las que les encanta el pleito pero tienen la tendencia a perder una vez tras otra.

El gobernador de Jalisco Enrique Alfaro es de los que me recuerdan a Aguirre. Le gusta pelearse, pero las pierde todas.

Recordemos sólo algunos de sus últimos pleitos que se ha aventado y que ha perdido.

1. Al inicio de su administración abrió pleito contra el presidente por el manejo de los recursos federales que se destinan al estado. Como es su costumbre grabó sus respectivos videos lanzándole advertencias al gobierno federal, pero luego de una reunión privada con López Obrador en febrero del año pasado, regresó a Jalisco como corderito y rompió alianzas con el grupo de gobernadores que estaba organizándose para dar la pelea por esos recursos.

Al final de cuentas esas partidas se administran como quiere el gobierno federal y Alfaro tuvo que recurrir a un macroendeudamiento para tener recursos y poder sacar sus proyectos. Perdió.

2. Otra pelea es la que abrió contra los medios de comunicación. No acostumbrado a la crítica la emprendió contra los medios y lo sigue haciendo: ayer abrió fuego contra el periódico El Informador, como lo ha hecho prácticamente contra todos.

Bajo su concepción del mundo los medios no tienen influencia en la sociedad y tanto él como sus asesores creyeron que con las redes sociales les bastaba y sobraba para contar con una buena imagen y el respaldo de la sociedad.

A un año de gobierno el respaldo social hacia Alfaro está en los suelos y está calificado como uno de los peores gobernadores del país. Perdió también.

3. El lunes tres de febrero volvió a grabar un video, esta vez para cantarles el pleito a la Comisión Estatal de los Derechos Humanos y a los “opinadores profesionales” anticipándose a una supuesta macro recomendación que haría la primera por la contaminación del Río Santiago.

Pero con su exabrupto lo único que logró fue poner la atención de la sociedad en este grave asunto y a pesar de la gira de observación que organizó el tiro le salió por la culata y ahora tiene a la opinión pública pendiente de lo que haga o deje de hacer y de los resultados que de en la limpieza del río. Perdió de nuevo.

4. También abrió confrontación contra el gobierno federal por no estar de acuerdo con el convenio que tiene que firmar con el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) para la implementación del nuevo sistema de salud.

Luego de grabar su respectivo video y de asegurar que no se doblaría, de pronto apareció en otro video para decir que ya había logrado doblar al gobierno federal para que aceptaran sus condiciones. Pero luego vino otro video donde acusa al gobierno federal por no aceptar siempre sus observaciones. Sí, otra vez perdió.

Cuando mi excompañero Aguirre se peleaba y perdía salía con un ojo o un labio hinchado, con la nariz rota o sangrando o con unos moretones, pero era él el que sufría las consecuencias de su pendenciera actitud y su falta de habilidad para los golpes.

El problema con Enrique Alfaro y su actitud pendenciera es que no sólo pierde él sino que también pierde Jalisco.

Por su afición al pleito se afecta la armonía en la convivencia que tanta falta nos hace, se dificulta la alianza social que se necesita para enfrentar los graves problemas del estado y se dificulta contar con una buena coordinación entre el gobierno federal y el estatal.

Lo peor es que, como Aguirre, Alfaro no se ha dado cuenta de que nada ganan ni él ni Jalisco con sus exabruptos.