¿Realmente Jalisco necesita una nueva Constitución Política? ¿Es éste el mejor momento para crearla? ¿Están dadas las condiciones para la participación de los jaliscienses en un paso por demás importante y trascendente que va más allá del intento de una aún no entendible “refundación” del estado?

Sin duda los expertos en la materia serán quienes indiquen si se requiere o no una nueva Constitución y si lo es… ¡adelante! Pero quizás habrá muchas voces encontradas sobre si es el momento para trabajar en ello considerando, por un lado, que la convocatoria viene del titular del Ejecutivo estatal y, por el otro, que no es característica del gobierno alfarista el diálogo, el escuchar y el oir.

En su discurso, el gobernador Alfaro Ramírez expresó:

“Creo que llegó el momento de tomar en serio la responsabilidad de impulsar una nueva discusión, un nuevo diálogo de frente de todos los jaliscienses sobre este acuerdo social que es el que rige nuestra convivencia…”.

¿Es garantía que convoque al diálogo quien desoye las voces de las mujeres u otros sectores de la población e impone una decisión? ¿Es garantía de diálogo que invite a él quien tiene como lema aquello de “si no estás conmigo, están en contra mía”? ¿Es garantía de diálogo quien recurre a la descalificación y al insulto si alguien osa contradecirlo, si no piensa como él o si pone en evidencia con pruebas que no le asiste la razón?

Sin duda alguna que convocar a la integración de un Constituyente y posteriormente a la creación de una nueva Constitución para el estado, pondrá a prueba la voluntad de diálogo y la paciencia de nuestro gobernante para escuchar aquello que no quiere escuchar, que no necesariamente le será grato, que no obligadamente coincide con lo que él quiere o busca o que no será el consabido “lo que usted diga, señor gobernador”.

Lo peor que puede pasar es que el Constituyente juege simplemente el papel de comparsa del gobernante en turno, porque así es su voluntad.

La verdad es que dar estos pasos -Constituyente y nueva Constitución- merece especial atención de quien ha convocado a ello y toda la seriedad de quienes participen. Reitero, no todo puede quedar en aquello del “porque yo lo digo” o como popularmente se dice: “porque aquí sólo mis chicharrones truenan”.

Así, pues, ya sabremos si los jaliscienses en general y sus gobernantes en particular están a la altura de integrar un Constituyente que se haga respetar y elaborar una nueva Constitución que justifique su nacimiento.

Al tiempo.