El pasado día 15, Ricardo Villanueva Lomelí negó que fuera a sustituir a Servando Sepúlveda como titular de la Secretaría de Movilidad -“el secretario Servando y yo hemos bromeado al respecto-;  a Miguel Ángel Navarro como vicerrector de la Universidad de Guadalajara -“estoy seguro que el vicerrector se ha reído”-; o a Alfredo Peña como secretario general de la UdeG -“ya me debe de estar preparando las bromas sobre el tema”-, pero no desmintió que solicitaría licencia como regidor para irse como rector de un Centro Universitario.
Lo que le adelanté aquí en Marcatextos ese mismo día se ha venido cumpliendo: Villanueva Lomelí aparece en la terna de candidatos a rector del CUTonalá y hoy martes solicitará licencia a su cargo como regidor, porque a partir del próximo domingo uno de mayo deberá de estar despachando ya como funcionario universitario.
En redes sociales se han registrado algunas manifestaciones en contra de la designación de Villanueva Lomelí, pero tienen un cierto “tufo” partidista que las hace poco “estudiantiles”. Sin embargo, en los corrillos priistas no ha sido bien vista la decisión del ex candidato a la alcaldía de dejar el cargo para el que fue electo y se remotan a la misma escena que protagonizó Ismael Orozco Loreto cuando perdió la elección también a la alcaldía tapatía frente al panista César Coll Carabias.
Pero también contrastan el paso que dará Ricardo Villanueva con el que dieron Alberto Cárdenas Jiménez y Alfonso Petersen Farah. El primero, perdió la elección ante Ramiro Hernández García el trienio pasado, pero se mantuvo como regidor durante los tres años, no obstante haber sido gobernador, dos veces secretario de Estado, senador y precandidato a la presidencia de la República; y el segundo, a pesar de haber gobernado ya Guadalajara, ser en dos ocasiones secretario de Salud y alto funcionario federal en el mismo sector, ha decidido jugar el papel que le encomendó la ciudadanía: ser regidor de oposición.
Los propios priistas le cuestionan a Ricardo Villanueva  que hoy se sienta “mini regidor” cuando disfrutó las “mieles” de ser “supersecretario”, y que no esté dispuesto a cumplir su encomienda como edil más allá de siete meses que se cumplirían el próximo sábado 30.
Claro, no pocos de esos priistas que hoy cuestionan al candidato perdedor son aquellos que no votaron a su favor y sí lo hicieron por su adversario Enrique Alfaro Ramírez. Así es que tan malo el “pinto” como el “colorado”.
Pero todo indica que no hay marcha atrás. Ricardo Villanueva dejará atrás la amarga experiencia de su participación en la política partidista y la lucha frustrada por un cargo público, y regresará a sus orígenes como funcionario universitario. Y así, en los próximos días lo veremos rendir protesta como rector del CUTonalá. ¿O no?