¿En qué se parecen Benjamín Galindo, entrenador de las Chivas del Guadalajara, y Carlos Mercado Casillas, titular de Seguridad Pública en Guadalajara?
1. En que ambos aseguran que no se irán, que no renunciarán a sus cargos. 2. Que todo mundo sabe que sí serán cesados, menos ellos. 3. Que, efectivamente, ambos tienen las horas contadas.
Y no lo afirmamos porque seamos adivinos; lo pronosticamos porque esta historia la conocemos ya y no han sido pocos los hombres públicos que en su momento aseguran a los “cuatro vientos” que no renunciarán a sus cargos… y en cuestión de días son removidos.
Más allá de lo que suceda con el “Maestro” Benjamín Galindo, eso se lo dejo a los expertos deportivos, lo que nos lleva a lo anterior es la situación que enfrenta Mercado Casillas, un hombre que no es improvisado en el rubro de la seguridad pública, pero en la que ha estado involucrado más desde un escritorio que desde el plano operativo.
Pero no sólo es eso, sino que en la percepción ciudadana -que finalmente es la que pesa- la inseguridad pública en la capital tapatía es uno de las asignaturas en las que el gobierno de Ramiro Hernández García no ha dado buenas cuentas y que parece que no las dará en tanto se mantenga al frente de la corporación de Carlos Mercado, quien no ha logrado concretar el propósito con el que llegó al cargo:
“Una Secretaría cercana a la ciudadanía, permanentemente en las calles, para que se genera esa confianza que se busca y responda a esa confianza”, como habría dicho en su discurso de toma de posesión, en la que confesó que le sorprendió su nombramiento.
Los robos y asaltos en su nueva modalidad de ejecución a bordo de bicicletas, primero, y de motocicletas, después, ha generado una enorme irritación en la ciudadanía, amén de otros ilícitos que no ha logrado abatir la policía de Guadalajara y que también generó ya la inconformidad de la Asociación de Empresarios del Centro Histórico de Guadalajara que pidieron públicamente, ya, al alcalde Ramiro Hernánces la remoción de Mercado Casillas.
El problema de Ramiro Hernández no es sólo que la percepción ciudadana, en general, es la de una Guadalajara insegura, sino que en la casa de enfrente, o sea en Zapopan, tiene el ejemplo de una mejoría, no sólo en la percpeción sino en los hechos , de la inseguridad pública al llevarse a cabo el relevo del jefe policiaco y salir un hombre con perfil académico, David Mora, y llegar un hombre forjado en la operatividad policiaca como Hernán Guízar.
Hoy no son pocos los tapatíos que esperan un cambio similar en la Policía de Guadalajara.
Y posiblemente no tengan que esperar mucho para verlo concretado… Al tiempo.