A Ramiro Hernández García le llegó la candidatura a la alcaldía de Guadalajara “de rebote” y ganó lo elección con lo que se requería para ello: la mayoría de votos por encima de sus contrincantes.
A Alberto Cárdenas Jiménez le llegó la “cruda” realidad y se encontró con que los tapatíos decidieron que debería de ser regidor de oposición, por lo que no le dieron los votos suficientes para ganar.
A Salvador Caro Cabrera le llegó la candidatura a la presidencia municipal por el partido que no la buscó, y siempre fue consciente de que al no serlo por su anterior partido era lejano obtener el triunfo.
Sin embargo, los tres forman ya parte de la Administración Municipal de Guadalajara y su actuación tendrá que estar a la altura de las expectativas que han generado entre los tapatíos, que a cada uno les dio el lugar que consideraron adecuado: un ganador y dos derrotados.
Ramiro Hernández tendrá que demostrar que su falta de experiencia en la administración pública municipal no será obstáculo para hacer un buen gobierno y, principalmente, para atender las necesidades de la ciudadanía y resolver sus más agudos problemas para una vida digna.
Pero, además, tendrá que demostrar que tiene carácter para hacerlo valer cuando sea necesario ante dos perfiles que no son nada fáciles y que querrán justificar su actuación como oposición.
Alberto Cárdenas tendrá que demostrar que realmente no quedó en él ningún dejo de rencor por haber perdido por vez primera y ante a quien le ganó hace seis años la carrera por el Senado y que en 1994 fue el coordinador de quien fue su adversario priista por la gubernatura, y, por ende, tendrá que trabajar a favor de los tapatíos.
La incógnita que deja abierta Cárdenas Jiménez es si respetará la voluntad ciudadana de ser regidor por tres años.
Salvador Caro Cabrera es quizás, de los tres, quien tiene más claro y fresco un proyecto de gobierno municipal, pues para eso se estuvo preparando durante varios años; sin embargo, tendrá que buscar ejecutar parte de ese proyecto desde la oposición, aunque tiene la ventaja de que su recién pasado priista pudiera facilitarle mucho las cosas ante un alcalde con quien mantiene una muy buena relación.
Pero finalmente los tres, Ramiro, Alberto y Salvador tendrán sobre sus espaldas -el primero desde la responsabilidad del gobierno y los otros dos desde la oposición-, de darle lo mejor de sí a Guadalajara.
Cárdenas y Caro no pueden regatearle nada a los tapatíos, por el simple hecho de que mayoritariamente se decidieron a favor de Hernández García.