Mientras los integrantes del Poder Judicial se encuentran agazapados, lejos de los reflectores públicos en torno al escándalo desatado por la llamada que su hoy presidente con licencia hizo al comisario de Guadalajara, Salvador Caro Cabrera, el titular del Poder Ejecutivo propina el tercer “golpe” en contra de Luis Carlos Vega Pámanes: le da de plazo lo que resta de la semana para que renuncie definitivamente como magistrado.
Haciendo a un lado cualquier autonomía entre poderes -no dejó que el magistrado tomara la decisión por iniciativa propia y/o que el Poder Legislativo actuara en consecuencia por ser una de sus facultades-, Aristóteles Sandoval Díaz lanzó el ultimátum:
“No debe de pasar de esta semana cuando él (Vega Pámanes) se separe definitivamente del cargo. Es un planteamiento que se exige por parte de Jalisco y que no se siga dañando la imagen de las instituciones. Creo que debe de ser consciente que es insostenible su cargo, debe de separarse definitivamente, y a la brevedad hacer una convocatoria para que se nombre al nuevo integrante y poder ir a una reforma profunda del Poder Judicial”.
Y luego insistió:
“Desde estos medios de comunicación le pido que reflexione y a la brevedad se separe definitivamente del cargo y que no pase de esta semana”.
La primera pregunta obligada es: ¿Acatará el magistrado y presidente con licencia del Poder Judicial la petición, casi instrucción, del gobernador del Estado? ¿Estará presentando su renuncia como magistrado en esta semana, que sería a más tardar mañana cuando normalmente está agendada sesión del pleno del Supremo Tribunal de Justicia?
No nos extrañaría que lo hiciera cuando su solicitud de licencia como presidente y magistrado por dos meses fue en respuesta a un comentario que hizo Sandoval Díaz en su cuenta de Twitter y que fue interpretado por propios y extraños como el retiro del apoyo del Ejecutivo al titular del Judicial. Por eso, si ya lo hizo una vez, ¿por qué no habría de hacerlo nuevamente?
Cuando el gobernador escribió su postura en esa red social todo mundo pronosticó que era cuestión de horas para que Vega Pámanes solicitara la licencia que tanto le habían exigido propios y extraños, antes de que se pronunciara Sandoval Díaz al respecto. Y se cumplió.
Ese fue el primer “golpe” del Ejecutivo a Vega Pámanes. El segundo lo dio hace algunos días cuando en la ciudad de México declaró que Luis Carlos debería de renunciar definitivamente como magistrado. Y ahora este tercero cuando ya le da un plazo definitivo sin esperar la decisión que tome el magistrado cuando se cumpla el término de su licencia.
Como marca la tradición de la política a la mexicana, el titular del Poder Judicial, aunque hoy con licencia, acatará el ultimátum que le dio el titular del Poder Ejecutivo, faltaba más.
Por supuesto que la permanencia de Vega Pámanes como magistrado es insostenible, ya nadie puede salir en su defensa, de ahí que en el corto plazo estaremos atestiguando el fin de su carrera en el Poder Judicial y en el servicio público.
¿O alguien aún lo duda? Al tiempo.