Ante la denuncia pública que el gobernador Emilio González Márquez hizo en el sentido de que, para él, Hernán Cortés Berumen había negociado con los demás partidos políticos  no castigar a los diputados de la LVIII Legislatura por la presunta desviación de fondos, se cuestionó por qué el dirigente estatal panista guardaba silencio.
Incluso, se ha interpretado dicho silencio como una aceptación tácita de que lo dicho por el Mandatario estatal es cierto, aun y cuando aclaró que esa era su apreciación personal y que no contaba con pruebas para sostenerla, pues aseguró que “no los ví, no los grabo, ni nada…”.
Pero, ¿por qué Hernán Cortés guarda silencio ante esta acusación del gobernador Emilio González, militante distinguido del PAN?
Es una cuestión de estrategia, dicen “fuentes” cercanas al dirigente estatal, pues advierten que el objetivo del Mandatario es provocar a que Cortés Berumen a que responda sus señalamientos, a que “se suba al ring”, y tener así elementos de prueba para llevar ante el Comité Ejecutivo Nacional y pedir que se cancele la pasada asamblea estatal panista en la que se eligió al nuevo Consejo Estatal.
De acuerdo a dichas “fuentes”, si el CEN tuviera elementos para cancelar dicha asamblea, plantearía a las diversas corrientes internas ponerse de acuerdo y hacer un reparto equitativo de los consejeros, con lo que los grupos de los tres gobernadores panistas obtendrían en la mesa más lugares en el Consejo que los obtenidos en aquella reunión.
Así se explica, dicen, la arremetida que el gobernador Emilio González Márquez emprendió a lo largo de la hora que duró la entrevista radiofónica que sostuvo con el informativo Radio Noticias 1070, en la que no aludió el nombre de ningún otro panista que no fuera su dirigente estatal.
Y por ello sostienen que Hernán Cortés no “caerá” en la trampa de sus adversarios dentro de su propio partido.