Para la presidente de la Comisión de Responsabilidades del Congreso del Estado, María del Pilar Pérez Chavira, la única ganancia que obtendrá el magistrado del Tribunal Administrativo, Alberto Barba Gómez, con las suspensiones definitivas que ha obtenido a su favor será… tiempo.
Nada más.
Sin embargo, para el magistrado Barba Gómez lo importante para su tranquilidad personal no son las suspensiones sino que sus resoluciones “están apegadas a derecho”.
Pero no ignora que lo que le interesa a sus detractores es su lugar en el Tribunal, aunque dice ignorar quiénes son. “Desconozco quién sea, pero por los tintes y por cómo se está dando la situación, puedo llegar a esa conclusión”, de que enfrenta una “cacería mediática”, de acuerdo a lo que declaró en una entrevista publicada ayer por el periódico El Informador.
Y luego dijo:
“Si no me defiendo… Yo veía todas las intenciones de lincharme… ¿Qué dijo (Hugo) Luna -jefe de Gabinete en el Ayuntamiento de Guadalajara- hace un año? Que pues con un manotazo Alfaro hacía que nos lincharan a todos nosotros en la plaza”.
No tengo la menor duda de que el magistrado Alberto Barba sí sabe los nombres y apellidos de quienes lo quieren ver fuera del TAE y el por qué, más allá de lo que declara públicamente, pero ¿sabrá el tamaño del enemigo? O quizás más claro: ¿conocerá el tamaño de sus enemigos?
Porque no sólo son los alcaldes Enrique Alfaro y Jesús Pablo Lemus. No, ellos sólo son los encargados de hacer la “tarea sucia” como la han hecho en contra de Barba Gómez, al igual que la hizo el secretario general de Gobierno, Roberto López Lara, al haber sido él quien solicitó al Congreso del Estado el juicio de procedencia en su contra cuando no es su facultad y sí del Fiscal General.
De acuerdo a lo que ha sucedido en el proceso en su contra, a quienes se enfrenta el magistrado del TAE son:

  • El gobernador Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, quien dio la anuencia para que el Ejecutivo solicitara al Congreso abra el juicio de procedencia para el desafuero del Magistrado y poder así actuar penalmente en su contra.
  • El presidente municipal de Guadalajara, Enrique Alfaro Ramírez, a quien debemos considerar en este caso en su papel que muchos le han otorgado ya del futuro gobernador de Jalisco a partir del 2019.
  • Al coordinador de la bancada del partido Movimiento Ciudadano en el Congreso del Estado, Ismael del Toro Castro, de quien dicen que ha operado dentro y fuera del Poder Legislativo para reunir las voluntades en contra de Barba Gómez.

Estos tres nombres no son cosa menor y por supuesto el magistrado Alberto Barba no los puede subestimar, pero habría que preguntarnos qué papel estaría jugando en este caso el líder moral del Grupo Universidad, Raúl Padilla López, quien cuenta con fichas dentro del Congreso del Estado y del mismo Tribunal Administrativo y a quien, por supuesto, no se le puede ni se debe dejar fuera de esta jugada.
En los corrillos políticos y judiciales deambula la versión de un acuerdo entre los grupos formales y fácticos que parecen decidir el destino del estado, en el sentido de que en el marco del nuevo Sistema Anticorrupción todos los actuales integrantes del Tribunal Administrativo deberán de retirarse. Y así lo reconoce el propio Barba Gómez en la mencionada entrevista:
“Claro que quieren baraja nueva, (pero) hay un transitorio en la reforma constitucional donde dice que los magistrados de las entidades federativas permanecerán en su cargo hasta el término de su encomienda (…). Yo tengo el nombramiento hasta el 2024, a mí que me respeten mi nombramiento…”.
Al parecer la única defensa que tiene el magistrado Alberto Barba son los recursos e instrumentos legales que la propia ley le otorga y que, hasta el momento, ha sabido hacer uso de ellos de manera favorable.
Pero no sólo Barba Gómez será la “piedrita en el zapato” de quienes quieren hacer una “limpia” en el TAE, sino que ahí está también el magistrado Armando García Medina, quien no obstante que hace dos años pudo haberse jubilado, no lo hará sino hasta que cumpla 70 años de edad por tener una base como juez dentro del Poder Judicial, y para que ello suceda faltan aún… ¡15 años!
La batalla que enfrenta, el magistrado Barba la lleva al simil deportivo: “Si fuera un partido de futbol seríamos 15 contra uno”, refiriéndose quizás al número de diputados en su contra.
Pero conociendo quiénes son los que no sólo quieren ver fuera del Tribunal al magistrado Alberto Barba sino refundido en una celda, yo trasladaría esta escena al pleito entre David y Goliat donde nos preguntaríamos: ¿Logrará el magistrado repetir la hazaña del primero en contra del segundo?
Mi augurio es que sí, y al parecer esta es la idea que ya ronda en la mente de quienes le aventaron toda la caballería en su contra.
Al tiempo.