Corta se quedó la iniciativa en materia de reforma política que ayer presentó ante los medios de comunicación la diputada del PRD, Mónica Almeida López.
Y es que mientras el PRI propone desaparecer el financiamiento público a los partidos políticos en años no electorales y el diputado sin partido, Pêdro Kumamoto Aguilar, plantea reducirlo en base a la votación obtenida y no al padrón electoral -aunque eso sí, todos los años-, la fracción del PRD en el Congreso del Estado considera que debe de reducirse solamente un 50 por ciento. ¿Por qué sólo la mitad? Esta propuesta, la verdad, queda rebasada por el momento.
Lo que resulta interesante es la reducción de los tiempos de campaña y creo que, mientras no haya otra mejor, debería de ser tomada en cuenta. Y es que los perredistas proponen que las campañas a gobernador se acorten de 90 días que son actualmente a sólo 45 días, mientras que las de aspirantes a diputados y alcaldes debe de reducirse de 60 a 30 días. Ojalá y esa propuesta sea adoptada por el resto de los partidos.
¿Se imaginan cuánto dinero se ahorraría si no se les entregan recursos públicos en años no electorales a los partidos y además se reducen los tiempos de campaña? Sin duda, bastante.
La propuesta de regularizar, restringir y supervisar el uso de las redes sociales durante campaña me parece que no es cosa fácil y quizás en lo particular requiera de una argumentación o explicación más detallada para saber la conveniencia o no de llevarlo a cabo, lo mismo aquello de sancionar a quienes utilicen de manera inadecuada la difusión por éste medio, pues hay que saber qué sería el uso “inadecuado” y quién calificará qué es lo adecuado y qué lo inadecuado.
Ojalá y no pretendan asignarle esas tareas al Instituto Electoral y de Participación Ciudadada que, al igual que el INE, ya se encarga de muchas tareas cuando la básica y principal debe ser organizar, vigilar y sancionar los procesos electorales.
Cuestionable también es el que se prohiba la entrega o repartición de “souvenirs”, pues además de que ya no son garantía de que se obtendrá el voto a cambio de un regalo, no es lo mismo obsequiar una pluma, un llavero, un encendedor, una gorra o hasta un paraguas, que tinacos, material de construcción y quién sabe cuántos artículos de mayor cuantía. Así es que éste punto es discutible aún.
Lo que sí rechazo tajantemente de esta propuesta perredista es que sea obligatoria la realización de… ¡cuatro debates! No mientras sea bajo el formato actual en el que se llevan a cabo y que son todo, menos debates. No, por favor, los electores no merecemos una tortura como esa.  Creo que primero hay que modificar el formato de esos encuentros o monólogos entre candidatos, para que terminen siendo realmente debates. Mientras no se haga eso, con dos que se realicen cuando consideren conveniente está bien.
Así, pues, ya el PRD puso sus cartas de reforma política sobre la mesa, donde ya están también las del PRI. Por el momento, las del tricolor son más ambiciosas y con mejores resultados. Hay que esperar qué cartas ofrece el resto de los partidos para conocer su juego.
Al tiempo.