Bien dicen que “nadie se ilusione para que no haya ilusos”, pero creo que el debate entre candidatos a la gubernatura a celebrarse mañana domingo superará las expectativas creadas hasta antes de las últimas noticias que se han difundido en torno al abanderado de Morena, Carlos Lomelí Bolaños.
Lo difundido en medios de comunicación respecto a sus propiedades, se ha convertido en un ingrediente que advertimos estaría presente y lo perseguiría en esta campaña, pero el que se ventile días previos al debate genera una enorme “ebullición” que pudiera “explotar” en este encuentro dominical; todo depende de que los contendientes sepan elegir el momento exacto en “soltar” sus mejores “golpes”.
Me atrevería a pronosticar, incluso, que quienes se podrían llevarse la noche dando la “nota” son Lomelí Bolaños y Enrique Alfaro Ramírez, y no éste último y el abanderado priista Miguel Castro Reynoso, como segundo en las encuestas, quien entonces tendría que buscar la forma de jalar los reflectores para evitar que se concentren exclusivamente en los otrora aliados políticos.
Y es que a la difusión de presuntas irregularidades en las propiedades de Lomelí Bolaños, los primeros en reaccionar en su contra no sólo con declaraciones sino con acciones como denuncias ante la PGR y la Fepade fueron los emecistas y hasta el candidato perredista Carlos Orozco Santillán, quien con ello le estaría haciendo parte de la tarea a los alfaristas, considerando la alianza no sólo entre Movimiento Ciudadano y el PRD en la coalición De Frente a México sino entre el alfarismo y el Grupo Universidad, del que forma parte el abanderado del sol azteca.
La sabiduría popular también apunta que “para que la cuña apriete, debe de ser del mismo palo”, y en este sentido su añeja alianza electoral desde el 2012 -como candidatos a la gubernatura y al Senado- y luego el haber caminado juntos del brazo en los comicios del 2015 -como aspirantes a la alcaldía de Guadalajara y a una diputación federal-, nos hace ver que si alguien le conoce mucho a Alfaro es Lomelí y a Lomelí el mismo Alfaro, por lo que entonces no nos extrañe si se registra un enfrentamiento del que podría no sólo salir “chispas” sino lumbre.
“Estoy listo, nos vemos el domingo”, escribió ayer Alfaro Ramírez en sus redes sociales en las que incluyó una fotografía de su rostro a tres cuartos de perfil, jugando con la sombra, de manera tal que proyecta una imagen de “roca”, mensaje que deben de interpretar así sus seis adversarios.
Y dentro de la fotografía se lee: “Se viene el primer round. #DebateJalisco”, y la fecha del evento. El mensaje con texto e imagen es, sin duda, provocador.
A su vez, Lomelí Bolaños -en un juego de palabras que todos entendimos- advirtió que “brincarán pelos” en éste debate, y lo que sabemos es que está decidido no sólo a complicarle la noche a quien fuera su aliado sino a arruinársela, luego de que sus antiguos compañeros de partido en la Cámara de Diputados arremetieron en su contra utilizando la información publicada estos días en los diarios.
Sin embargo, no podemos descartar que habiendo medido bien los pros y contras y las consecuencias que pudieran generarle a la larga a uno u a otro, decidan mejor guardar para otra ocasión su “parque” con efectos “mortales” para las aspiraciones de ambos.
Pero, por lo pronto, sabedores de que Enrique Alfaro y Carlos Lomelí tienen cuentas pendientes por cobrarse, y que el debate de mañana puede ser el territorio adecuado para ajustarlas, puedo augurar que será entre ellos el mejor “agarrón” de la noche.
¿O algunos de los otros cinco candidatos tendrán una “as” bajo la manga como para robarles los reflectores?
Al tiempo.