No hay duda que el diputado José María Martínez Martínez demostró que es un auténtico jalisciense por aquello de que “nunca pierde, y cuando pierde…¡arrebata!”.
Y es que el oficio que envió a su coordinador José Antonio de la Torre para que reintegre a la Secretaría General del Congreso los supuestamente 2.6 millones de pesos que le correspondían como diputado y no gastó por concepto de enlace legisaltivo, suena más a berriche y desquite, casi casi venganza, que a otra cosa.
El “ventaneo” que pretende hacer el ahora senador electo de los recursos que él no aceptó ni gastó, tiene un fondo muy claro, como lo dijo el propio De la Torre: “Chema” está dolido porque lo dejaron fuera del Consejo de la Judicatura donde por mucho tiempo dicen que tuvo el control.
Cuando quedaron fuera los consejeros Miguel Ángel Gutiérrez Barba y Luis Enrique Villanueva, Martínez Martínez logró meter a Arturo Freucher -quien ya había sido nombrado- para que ocupara el lugar de Gutiérrez Barba; sin embargo, Freucher es de los candidatos designados por el Congreso del Estado que la Suprema Corte de Justicia les “tumbó”.
Después, cuando llegó el momento de volver a nombrar a los dos nuevos consejeros, cuando se repuso el procedimiento, “Chema” pretendió volver a meter a Arturo Freucher y no pudo porque se le atravesaron sus propios correligionarios y el PAN propuso a Carmela Chávez, quien finalmente fue designada como consejera.
Ese es el verdadero fondo y la razón del por qué sorpresivamente José María Martínez pide a su coordinador que regrese a las arcas del Congreso el dinero que él no aceptó ni gasto.
Pero Martínez Martínez sabe muy bien, pues conoce los entretelones del Congreso y además fue coordinador de su propia bancada, que esos recursos que pide se regresen no son recursos que le corresponde a cada diputado.
“Chema” sabe que esos recursos provienen de la partida 3827 que se denomina “Asignaciones a Grupos Parlamentarios” y no son asignaciones “a diputados”. Él sabe que esos recursos corresponden a cada bancada, fracción o grupo parlamentario y que es el grupo el que decide qué hacer con ese dinero, en qué gastarlo.
José María sabe que en su fracción panista se acordó repartirlo en partes iguales entre todos los diputados, pero sabe también que aquel dinero que no se gasta es el propio grupo el que decide a qué se destina. Él sabe que, aun así, el grupo puede tomar la decisión de gastarlo en lo que le pegue la gana, porque no es dinero que pertenezca a cada diputado en lo particular.
“Chema” Martínez sabe que al decidir no aceptar, y por tanto, no gastar el recurso que el grupo le asignó, el propio grupo es el que decide en qué gastarlo, y a decir de José Antonio de la Torre ese dinero que “Chema” no quiso se destinó a la defensa del ex diputado Gustavo Macías -gente de Miguel Ángel Monraz-.
Y José María Martínez sabe también que al dejar la coordinación de la fracción panista, no le rindió cuentas a su propio grupo del manejo que hizo de esos recursos de la partida 3827 destinada a los grupos parlamentarios, porque de haberlo hecho José Antonio de la Torre no se lo estaría reclamando.
Ese es el “meollo” del asunto. Un simple ajuste de cuentas de Martínez Martínez por haber quedado fuera del actual Consejo de la Judicatura.