Enrique Alfaro señaló que para él hubiese sido “un error” crear el Frente Ciudadano por México en Jalisco, pero para los panistas jaliscienses fue un proyecto que para ellos nunca existió y al que, por lo tanto, no le apostaron y mucho menos le pusieron interés por concretarlo.
De esta manera, quien despreció la tan añorada alianza entre PAN, PRD y el partido Movimiento Ciudadano fueron los panistas de Jalisco que soportaron la fuerte embestida de su dirigente nacional, Ricardo Anaya, para que aquí se cumpliera el compromiso que había asumido con el propio Alfaro Ramírez y el dirigente nacional de MC, Dante Delgado Rannauro.
Recordemos la postura de oposición que sobre el tema siempre mantuvo Miguel Ángel Martínez Espinosa, respaldado por el sector mayoritario de su militancia.
Fue en el centro, entre Anaya, Alfaro y Delgado, donde se comenzó a “cocinar” que el FCM decantara a Jalisco, y si bien en el discurso el dirigente nacional del PAN señaló que sería la dirigencia estatal la que decidiría si iba o no en alianza con el alfarismo y el perredismo, cuentan fuentes cercanas al blanquiazul que en los hechos presionó fuerte para que se concretara. Incluso, hasta envió a participar en la mesa de negociaciones a su segundo de abordo en el CEN, el secretario general Adrián Zepeda, quien regresó a la Ciudad de México con “cajas destempladas”.
Fracasó Anaya frente a la firmeza del panismo jalisciense.
Y es que si realmente Alfaro estaba convencido de que la creación del Frente Ciudadano en Jalisco era “un error”, hubiese parada “en seco” a Ricardo Anaya y Dante Delgado desde el inicio  y no haber dado pie a iniciar negociaciones, pláticas o diálogos a los que envió a participar a Enrique Ibarra Pedroza, a Clemente Castañeda, a Ismael del Toro y en los que algunos veces estuvo él mismo.
Valga decir que para definir las candidaturas federales, cuyo vehículo sería el Frente Ciudadano por México, no obligaba que se instalaran mesas de negociaciones aquí, pues finalmente será en la mesa central donde los dirigentes nacionales del PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, eso sí, en compañía de los dirigentes estatales, definirían -o definirán- quiénes, de cuál de los tres partidos, y en dónde, serían los candidatos a la Cámara de Diputados y al Senado de la República, como lo dijo el aspirante al senado y hoy diputado Clemente Castañeda.
Si el Frente Ciudadano por México no se concretó en Jalisco no fue por la negativa de Alfaro sino por la oposición del panismo jalisciense… con una excepción:  el nuevo Grupo Zapopan, cuyos integrantes eran los únicos que en sus redes sociales festinaban una alianza que era inexistente.
Por eso afirmo que fue el panismo jalisciense quien se impuso a su dirigencia nacional y a las de sus partidos aliados -PRD y MC-, incluyendo, por supuesto, al jefe político del partido naranja en Jalisco, Alfaro Ramírez, gracias a que soportó las severas presiones de Anaya y porque entendió el serio riesgo que era entregarse a los brazos del alfarismo.
Sin duda, pues, que mucho ganó el PAN de Jalisco al no ceder a las presiones de su dirigente Ricardo Anaya, y seguramente sabrá entregar mejores cuentas al contender solo y su conciencia estará tranquila al saber que tomaron la mejor decisión para evitar la desaparición del panismo en la entidad.
Y si no, al tiempo.