Uno de los vicios más arraigados de los diputados es actuar para la tribuna y no en función de los principios de sus respectivos partidos. Y cuando digo que actúan para la tribuna me refiero para los medios de comunicación. En una palabra, su actuación es meramente mediática.
Sin embargo, si de por sí esa actuación de nuestros legisladores es reprobable y muy cuestionable, lo es más cuando en esa actuación recurren al “drama” y a la comedia.
Al “drama” cuando creen “a pie juntillas”, cuando sin la menor prudencia y en ocasiones hasta sin pudor alguno, hablan y opinan sobre lo que publican algunos medios de comunicación aunque sean medias verdades, información manipulada y hasta en ocasiones verdaderas mentiras.
Cuando se trata de hablar de “los otros”, a los diputados se les “suelta la lengua”, se “desbocan” con declaraciones que saben quieren escuchar sus interrogadores o con aquellas con las que asumen posturas de verdaderos “salva patrias”, como los políticos que los jaliscienses esperan.
Ah, pero cuando en los medios de comunicación se habla de ellos, cuando se cuestiona su actuación, cuando se les critica porque en los hechos no cumplen lo que como candidatos prometieron, cuando se les pone en evidencia, entonces los legisladores desdeñan a los medios, los acusan de responder a intereses contrarios, y en el menor de los casos recurren al “mañana se les olvida” o “al cabo que en dos o tres días ya nadie les hace caso”.
Lo que acaba de suceder la semana pasada en el Congreso del Estado tiene un poco de todo lo anterior comentado.
Aprobar que, contra todo lo dicho anteriormente, se contrate personal supernumerario para cada uno de los legisladores, que les significará un ingreso de 105 mil pesos mensuales en lo individual -aparte de los 92 mil pesos para sus casas de “campaña”, a la que le llaman “de enlace”- y un gasto extra de 20 millones de pesos por concepto de prestaciones, no es sino la evidencia más clara de que no bastan las buenas intenciones si no hay voluntad política alguna.
Valga decir que no nos sorprende lo que hoy sucede en el Congreso porque aquí en Marcatextos hay más de una colaboración que advertía desde meses atrás, desde antes del inicio de la actual 60 Legislatura, que una cosa era lo que decían ante los medios de comunicación y otra la que harían en los hechos.
Y hoy los hechos nos dan la razón. Así de sencillo.
Meses atrás advertimos también que no había que crearnos falsas expectativas de esta 60 Legislatura porque terminarían actuando al igual que sus antecesoras a las que tanto satanizaron.
Valga decir que el caso de los supernumerarios no es lo único que pinta de “cuerpo entero” a la actual Legislatura, sino la suma de acciones y decisiones que han venido ejecutando y que los convierte en “efecto espejo”, reitero, de las Legislaturas que les antecedieron.
Y déjenme advertirles que aun nos esperan otras sorpresas más de esta 60 Legislatura. Al tiempo.