Mucho nos hemos preguntado si México o Jalisco, incluso algún municipio metropolitano, están listos para ser gobernados por una mujer. Y hemos tenido muchas mujeres candidatas a presidentes, gobernadoras y munícipes, pero ninguna ha ganado una elección para cualquiera de estos tres niveles de gobierno.
Hasta el momento nos hemos quedado con la duda sobre si estamos o no listos o preparados para ser gobernador por una mujer. Y quizás pasen aún varios años para saberlo, pues aun tengo mis dudas si, por ejemplo, Margarita Zavala logrará la candidatura presidencial por el PAN en 2018.
Pero en este tenor planteo otra pregunta: ¿Estamos preparados para un candidato independiente?
Nuevo León estará a prueba con el “Bronco”,  el ex priista su gobernador electo; Sonora con su diputado federal electo, el ex panista Manuel Clouthier; y Jalisco con su diputado local electo por el distrito 10, Pedro Kumamoto, sin antecedente partidista alguno. Por ésta razón me  resulta todavía más interesante la respuesta a la anterior pregunta.
Y quizás a esta pregunta para todos nosotros tengamos que plantear una más para el propio Kumamoto: ¿Está preparado para ser diputado independiente?
Pero como dijera Jack “El Destripador”: vayamos por partes.
Pedro Kumamoto ha generado grandes expectativas -y se las ha creado él mismo- como si la 61 Legislatura fuera a girar en torno suyo, como si el éxito o no de la próxima Legislatura dependiera de su actuación en ella, como si los 38 diputados restantes, todos ellos postulados por un partido político, fueran abrirle la “puerta” para que salga del “redondel” legislativo con “orejas y rabos” aprobándole todas sus iniciativas.
Tras su triunfo el pasado domingo siete, se le ha colocado a Kumamoto una estela de “inmaculado”, de “puro y casto”, políticamente hablando; de “salvador” de la política en Jalisco, y comienzan a  enlistarle una serie de exigencias a cumplir a partir de que rinda protesta como legislador, como si el éxito de ellas, insisto, dependiera solamente de él y su buena voluntad.
Tampoco digo que apenas asuma la diputación se “contaminará” de todo lo malo y negativo que hoy se le endilga a los diputados. Tampoco afirmo que apenas cobre su primera “dieta” será presa de las mil y un tentaciones que otorga el poder político, como tampoco aseguro que contra lo esperado, se convertirá en “uno más” de los 39 diputados y que al término de la Legislatura quedará debiendo las expectativas generadas.
Lo que sí creo es que ese cúmulo de exigencias, que todo lo que se espera de él por llegar al Congreso del Estado con la investidura de “independiente” y porque hay quienes creen que su simple presencia “purificará al Poder Legislativo, terminará por ser una enorme presión, una pesada carga psicológica y emocional para este joven que aun no cumple las tres décadas de edad, y que como dijera el bien recordado Jesús González Gortázar, pudiera terminar “pando” por haberlo “montado tiernito”.
¿Cuánto tiempo le dará la ciudadanía para que comience a dar los resultados esperados? ¿Cuánta tolerancia ciudadana habrá? ¿Cuánta paciencia se le tendrá para ver en los hechos lo prometido y esperado?
Inteligentemente Kumamoto ha trasladado -quizás en un afán de “curarse en salud”- la responsabilidad de su éxito o fracaso a la propia sociedad, a los ciudadanos que con su voto mayoritario lo llevaron a la victoria, y por eso ha insistido en que sólo con ese apoyo ciudadano podrá evitar caer en las “garras” del sistema, del poder político-partidista.
Claro que el joven Kumamoto no estará sólo. Tendrá como soporte a todo ese equipo que lo impulsó como candidato y que seguramente lo acompañará como diputado, pero resulta difícil creer que todos quienes votaron a su favor estarán a las puertas del Palacio Legislativo para impulsar sus iniciativas, para presionar que sean no sólo aceptadas y analizadas sino aprobadas, porque esa mayoría ya cumplió con lo que le correspondia: darle la victoria y hacerlo el primer diputado independiente.
Lo demás ya será responsabilidad de Pedro Kumamoto. Y su éxito o fracaso sólo dependerá de él, quien tendrá que hacer frente a la inercia e intereses de un sistema político que no se modificará sólo por la popularidad inusitada y repentina de un joven con muchos proyectos y deseos de cambiar la realidad política de Jalisco.
Reitero: dependerá de él, de nadie más.