Aunque no se atreven a reconocerlo públicamente o se escabullen ante la pregunta para no responderla directamente, los diputados reconocen que la posición en contra del clero católico a la Ley de Libre Convivencia es un gran “peso” que, sin duda, influirá en la decisión que tomen para votar a favor o en contra de ella, si llegase a ser sometida al pleno legislativo.
La semana pasada se amagó con darle curso a esta iniciativa del diputado perredista Enrique Velázquez González, luego de que la Comisión de Desarrollo Humano desechó el dictamen en contra del diputado panista Alberto Esquer y aprobaron el que a favor sorpresivamente tenía ya listo el Órgano Técnico de dicha comisión.
Esto bastó para que se desatara una polémica en redes sociales y en algunos medios de comunicación, a favor y en contra, con una manifestación en contra de por medio, que todo indica que “congelará” el curso de su dictaminación en las demás comisiones: la de Puntos Constitucionales, la de Derechos Humanos y la de Equidad de Género.
A no pocos legisladores preocupó la reacción en contra que generó a través de correo electrónicos la decisión a favor de los diputados priistas en la Comisión de Desarrollo Humano, que algunos de ellos recibieron mensajes amenazadores para que su voto sea en contra.
Sin duda que las reacciones generadas la semana pasada en contra de esta Ley de Libre Convivencia, obliga a los legisladores a ponerle “hielo” al asunto y esperar a que los ánimos sociales bajen de nivel, se tranquilicen y se “enfríen”.
Pero deberán de tener muy en cuenta, aunque algunos digan o crean lo contrario, la postura de la Iglesia católica manifestada nuevamente este domingo por el cardenal Juan Sandoval Iñiguez, quien reiteró que no se necesita una Ley de Libre Convivencia, pues ya existen otras leyes que garantizan la seguridad legal y patrimonial.
Al mismo tiempo, el cardenal José Francisco Robles Ortega negó estar detrás de las posturas en contra que algunos grupos asumieron la semana pasada, rechazando que él las haya alentado:
“Hay una comunidad bien organizada de fieles de familias, organizadas en este tema y en otros y más me sorprende, por ejemplo, de que se están sumando otras confesiones a esta misma postura, pero de ninguna manera he dado yo la orden o la estrategia”, señaló textualmente.
Así, pues, la Iglesia vuelve a dejar en claro su postura respecto a la Ley de Libre Convivencia. Y, sin duda, contra esta postura y las reacciones que se puedan generar, tendrán que enmarcar los diputados del PRI, particularmente, su posición al momento de que este tema se presente ante el pleno.
Y valga decir que este es un tema del que sin duda también está muy al pendiente el gobernador Jorge Aristóteles Sandoval, quien seguramente estará recibiendo presiones para que dé “línea” a sus legisladores a favor de esta ley, pero él sabe que dicha ley ha polarizado ya a la sociedad jalisciense, y en función de ello deberá tomar una decisión, que no dudo será en contra.