“¡Todos roban…! Él robó para la gente…”.
Así se expresó una vecina de San Blas, Nayarit, cuando le plantearon que el ganador de las elecciones por la presidencia municipal, Hilario Ramírez Villanueva, había confesado que “robó poquito” la ocasión anterior que gobernó dicho municipio.
Otra más, al encontrarse con el candidato independiente ganador de los comicios locales del domingo pasado le gritó:
“¡Lo queremos pa’ gobernador…!
“Layín”, como lo conocen sus paisanos, fue presidente municipal de San Blas en el trienio 2009-2011 por el Partido Acción Nacional. Es el segundo ex panista que gana una elección como candidato independiente; el otro es un expanista que triunfó en un municipio de Zacatecas el año pasado.
En campaña, el siete de junio, en la plaza principal de San Blas, Ramírez Villanueva confesó ante los ahí presentes:
“¿Que le robé a la presidencia? Sí le robé, sí le robé, sí le robé. Poquito, porque está bien pobre. Nomás una rasuradita…”.
Su confesión dio la vuelta al mundo -asegura haber sido entrevistado por medios de comunicación de 37 países y que tiene agendado visitar Londres y Miami para “responder otras preguntas”-, y dice que luego de este comentario “fueron más las buenas que las malas”.
Hilario Ramírez, “Layín”, ganó el domingo anterior las elecciones en su municipio con el 40.32 por ciento de la votación.
¿Qué lección deja este hecho en la historia política de nuestro país? ¿Cómo debe de interpretarse la decisión de la ciudadanía que salió a votar mayoritariamente por quien confesó haber robado al erario público? ¿Qué puede esperarse de un gobernante que revela haber robado a las arcas municipales y de una mayoría de gobernados que no dudaron en volverlo a llevar al poder?
¿Será, acaso, que ahora los ciudadanos prefieren gobernantes sinceros antes que honestos?
¿Para qué legislar sobre la reelección si basta con decirle a la gente que cuando se estuvo anteriormente en el gobierno se robó, aunque sea “poquito”, y fue “poquito” sólo porque (el municipio) “está bien pobre”?
¿Cuántos de nuestros gobernantes, funcionarios y políticos pudieron haberse reelegido en el cargo con el simple hecho de confesar cuánto le robaron al erario público?
Habrá quien diga: Los habitantes de San Blas tienen el gobierno que se merecen.
Sin duda que así es, pero ¿será este el perfil que comience a caracterizar a nuestros gobernantes?
Hoy ya es “natural” cambiar de “chaqueta” sobre la marcha: ayer fue priista, hoy es panista y mañana será perredista o pemecista…y hasta independiente,  sin rubor alguno. Y sin mayor complicación la ciudadanía seguirá votando por éste candidato sin importarle la inconsistencia ideológica y de principios que demuestra, por el simple afán de seguir viviendo del erario público so pretexto de “trabajar” por la ciudadanía.
Así, si ayer fue moda cambiar de “chaqueta” partidista y hoy es lo más natural, mañana bastará confesar cuánto se robó el trienio o sexenio pasados para repetir en el cargo… por mayoría.