“¿Cuál es el mayor acierto (en su vida política)?”, le preguntó el periódico Mural a Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, 48 horas antes de asumir la titularidad del Ejecutivo estatal. El ahora Gobernador respondió:
“El haber sabido esperar el momento adecuado en mi carrera política”.
Cierto. A Jorge Aristóteles Sandoval se le podrán enumerar muchos errores a lo largo de su vida pública, pero ninguno de ellos ha sido o fue determinante para imponerse a lo que él mismo consideró su “mayor acierto”: esperar el momento adecuado en su carrera política.
Cuando Aristóteles fue obligado a dejar la contienda por la candidatura a la presidencia municipal de Guadalajara para despejarle el camino a Leobardo Alcalá Padilla, entendió que rebelarse a los designios del “centro” no era el mejor camino; sabía que las reglas no escritas dentro del PRI lo obligaban a aceptar que, en aquella ocasión, el elegido no era él…
Simplemente le quedó claro una cosa: que ese no era su momento.
“No me desespero”, me comentó una tarde posterior a aquella decisión en una charla que sostuvimos en el café Illy de Providencia. “·Sé cómo es esto, yo seguiré trabajando y estoy seguro que me llegará la oportunidad”, agregó.
Y no tuvo que esperar mucho tiempo, porque tres años después le llegó esa oportunidad de estar en la antesala de competir por el cargo que hoy ostenta, al ser candidato a la presidencia municipal de Guadalajara y llegar a la alcaldía donde -como todo el que llega ahí a la mitad de una administración estatal- se colocó como el candidato natural a la gubernatura.
El tiempo y las circunstancias jugaron a favor de Jorge Aristóteles para lograr no sólo ser el candidato del PRI a la gubernatura -ante una lista de no pocos aspirantes a la misma posición dentro de su partido-, sino ganar una elección donde las fichas de la oposición se desacomodaron y eso le permitió, finalmente, alzarse con la victoria el pasado dos de julio de 2012.
Hoy la paciencia que tuvo a partir de aquella ocasión cuando dejó la contienda interna frente a Alcalá Padilla, la ve recompensada al haber asumido ayer el Gobierno del Estado en un momento donde el PRI recupera el poder a nivel nacional y estatal, levantando expectativas que en ambos niveles de gobierno están obligados a cubrir.