El proceso electoral de julio pasado alcanzó a la militancia de Morena en Jalisco.

El partido lópezobradorista no logró tener la estructura básica para enfrentar los comicios federal y estatal, pues el comisionado nacional, Alejandro Peña, refieren militantes, nunca nombró a los coordinadores de Organización municipales y distritales. El tiempo se les vino encima y todo intento fue infructuoso, revelan.

En aquellas fechas, cuentan que al interior de Morena advirtieron las intenciones de Peña Villa de designar candidatos a quienes únicamente por dos años llevaron a cabo actividades de enlaces pagados convirtiéndose en “mercenarios políticos”. Fue -califican- una decisión electoral caprichosa, ventajosa y falsamente justificada; fue una burla para la militancia.

Hoy lamentan que su partido hubiera tenido mejores resultados en los comicios pasados -el hubiera no existe, reconocen-, si se hubiese trabajado un año en el esquema cerrado y limitado a los morenistas con arraigo, que con los 19 enlaces identificados y a los que se les pagó, más los coordinadores por sección y los regionales, hubiesen tenido el control y se hubiera despertado de su letargo político a todos los dirigentes municipales.

De haberse hecho esta tarea, apuntan, la estructura hubiera estado completa casi un año antes, luego de haber realizado un filtro real, con 200 dirigentes de Organización que hubieran estado con posibilidades de disputar en las elecciones pasadas al tú por tú todas las posiciones electorales. Pero refieren que Alejandro Peña sedujo a López Obrador “acarreando” en sus giras en el estado a grupos de un municipio a otro para aparentar presencia política y sortear así los compromisos y la responsabilidad frente a AMLO.

Consideran que con miras a las elecciones de este 208 todo fue una ilusión, pues nunca hubo una estructura completa, se gastó el dinero del partido inútilmente, a excepción de algunos equipos -integrados por militantes reales e identificados en el estado y no promovidos por el comisionado Peña- que tuvieron la capacidad de impulsar el proyecto de Morena.

Todo lo anterior, generó -y genera- inconformidad entre un sector de la militancia que entonces solicitó la intervención del CEN para que investigara lo que sucedía y tomara medidas urgentes para evitar una derrota como la del 2015. Pero no hubo respuesta porque los comicios estaban ya “a la vuelta de la esquina”.

Hoy, estos militantes advierten que la ruta electoral en Jalisco para Morena necesita: que las alianzas logradas gracias a la fuerza personal de López Obrador no se pierdan; que se elijan a las mejores opciones en cada uno de los espacios políticos; y en base al manejo que dicen fue irresponsablemente hecho previo a las elecciones, se apliquen encuentas reales con el propósito de definir caso por caso, de manera eficiente, y no desdeñar a nadie para que Morena dé buenos resultados en Jalisco.

Advierten que es necesario y urgente poner fin a la “inmoral, retrógada y limitada” actividad con que se ha manejado Morena en Jalisco, si es que para el 2021 no se quieren tener los mismos o peores resultados que los obtenidos en 2015 con Bonilla y 2018 con Peña, quien tarde que temprano, aseguran, dejará su responsabilidad en el estado para asumir un escaño en la Cámara Alta como senador suplente.

Hoy, aseguran estos militantes inconformes, es el momento para recomponer las cosas y enderezar el camino si deveras se quiere convertir a Morena en un partido competitivo.