Pese a la desastrosa derrota del pasado 1 de julio, los nuevos vientos políticos se resisten a llegar al PRI Jalisco… como también sucede a nivel nacional.

La instrucción a los diputados locales electos fue clara desde Casa Jalisco: la coordinadora de la próxima reducida fracción parlamentaria del PRI en el Congreso del Estado -sólo cuatro diputados, tres plurinominales y uno de “repechaje”- deberá ser la joven Mariana Fernández Ramírez.

Y la instrucción fue acatada sin discusión por Sofía García, dirigente estatal de las mujeres; por J. Jesús Zúñiga Mendoza, ex diputado federal -él sólo hizo lo que le dijeron-; y, ni modo que no, por la propia Fernández Ramírez.

Héctor Pizano Ramos votó en sentido contrario…

En un proceso que no siguíó los conductos estatutarios -cuando menos para cuidar las formas-, se recurrió al tradicional y acostumbrado proceso priista del “dedazo-fast track”, aunque el dirigente estatal del PRI, Ramiro Hernández García -quien unas horas antes se entrevistó con el ex candidato a la gubernatura, Miguel Castro Reynoso, en un café de Providencia-, trató de darle un baño “democrático” proponiendo sacar una convocatoria y esperar unos días más.

Pero al parecer urgía se concretara la instrucción del primer priista del estado que debió de haberse cumplido desde el sábado anterior, de acuerdo a lo que se les dijo el jueves pasado en el encuentro que sostuvieron en Casa Jalisco. Y así fue: Ramiro Hernández convocó a los diputados electos, y “testigos de honor” de esta votación “democrática” fueron: el delegado del CEN y ex dirigente nacional cenecista, Manuel Cota, y el presidente de la Comisión de Procesos Internos -sólo él-, Gustavo Íñiguez.

Y tan les urgía se concretara esta designación, que no esperaron a que se instalara la próxima Legislatura local -el 25 de octubre- a la que debieron de haberle notificado su decisión de conformarse como grupo parlamentario, elegir a su coordinador y notificárselo oficialmente a través del acta respectiva de elección firmada por todos los diputados participantes, de acuerdo a la Ley Orgánica del Poder Legislativo. Pero no, extrañamente una urgencia obligó a adelantar todo el proceso.

Incluso, ni siquiera esperaron la resolución final de los tribunales electorales sobre las impugnaciones presentadas con las que esperan lograr una diputación o dos más para Manuel Alfaro y Tomás Figueroa. ¿Será que ya las dan por pérdidas o por qué la prisa? Ya lo sabremos pronto, sin duda.

Pero en el PRI, ya sea con mayoría o con minoría, el “gatopardismo” sigue siendo su patente… aunque el agua les llegue a los aparejos.

Como pocos priistas, a sus 31 años de edad Mariana Fernández Ramírez ha tenido una meteórica carrera política en la era aristotelista que comenzó apenas nueve años atrás, cuando en 2009 fue candidata y luego diputada local por el distrito ocho (foto) -tras ser dirigente de la Secretaría de Vinculación para Jóvenes Empresarios del PRI en Guadalajara-, durante el trienio 2010-2012.

En ese año -2012- Mariana Fernández acumuló nuevas responsabilidades como nadie: Vocera de la campaña de Aristóteles Sandoval a la gubernatura y coordinadora de la Sociedad Civil de Enrique Peña Nieto en la campaña por la presidencia de la República.

Al año siguiente -2013-, el gobernador la designó titular del Instituto Jalisciense de la Mujer hasta el 2015 cuando fue postulada como candidata a diputada federal otra vez por el distrito 8, pero perdió la elección. Sin embargo, nuevamente el primer priista estatal salió a su rescate y decidió que fuera “electa” secretaria general del comité estatal del PRI en mancuerna con José Socorro Velázquez Hernández como presidente, cargo en el que fue “reelecta” durante la dirigencia también de Héctor Pizano Ramos y sostenida ahora con Ramiro Hernández García, no obstante que por prelación -de acuerdo a sus estatutos-, ella debería de ser la presidente del PRI, lo que mantiene al partido en una situación irregular a la que el Instituto Electoral ha cerrado los ojos.

Este año fue postulada candidata a diputada local por mayoría en el Distrito 10 -candidatura a la que Ramiro Hernández dijo que Mariana “se sacrificó” y que le costó tiempo y recursos materiales-, a la par que fue incluida en el primer lugar de la lista de candidatos plurinominales al Congreso local, lo que le permitirá ser diputada y por lo que fue electa coordinadora, sin dejar de ser secretaria general del comité estatal, responsabilidad a la que hace algunos días se le sumó otra: coordinadora de la consulta priista.

No obstante que ha fungido como segunda de abordo de tres presidentes del PRI y que como secretaria general no es ajena -es corresponsable- a la penosa y devastadora derrota que tiene hoy a su partido como cuarta fuerza política en Jalisco, Mariana Fernández fue la única que cayó “hacia arriba”… hasta el infinito y más allá.