¿Qué hace creer a Eduardo Almaguer Ramírez, fiscal general de Jalisco, que enmedio de la inseguridad pública que azota al estado la ciudadanía irá a las urnas a emitir votos a su favor como para ganar una elección, independientemente el cargo por el que contienda?
Almaguer Ramírez anunció que el próximo lunes hará pública su decisión de renunciar al cargo.
“Yo estaría comentándolo en esta semana con el Gobernador del Estado, posteriormente darlo a conocer a los ciudadanos. Yo pondría el día de hoy mi fecha es el lunes 6 de noviembre en que daremos (a conocer) cuál es el camino que habremos de seguir”.
Es obvio que si no piensa renunciar, no tiene por qué comentar nada con el gobernador y mucho menos hacerlo público. De acuerdo a sus palabras, él ya decidió renunciar a la Fiscalía General y será el lunes cuando conozcamos “cuál es el camino” que seguirá, pues hay quienes lo colocan como aspirante a la candidatura al gobierno estatal y otros aseguran que quiere ser candidato a la presidencia municipal de Guadalajara.
Yo no descarto que tome el camino de buscar ser candidato a diputado, local o federal.
Pero independientemente de cuál sea el camino que decida tomar, reitero que me resulta difícil creer que obtendrá el voto mayoritario de la ciudadanía cuando una de las asignaturas pendientes que tiene el gobierno estatal y los gobiernos municipales de la zona metropolitana es la seguridad pública.
Vamos, no advierto en el ánimo de la población “premiar” al encargado de la seguridad pública en el Estado -como tampoco al de una policía municipal, como podría ser Salvador Caro Cabrera, si es que aún tiene en su ánimo ser candidato en el 2018-, cuando la calificación que le da es reprobatoria.
Y no sólo eso, sino que la ciudadanía condena la falta de resultados positivos ante la ola de desapariciones, robos, asaltos, homicidios y demás delitos que los jefes policíacos no han podido o logrado contener.
Pero lamentablemente la visión que tienen los responsables de la seguridad pública -en los tres niveles de gobierno- de lo que padece día al día el ciudadano común no coincide. Su realidad es otra, sin negar los esfuerzos que hacen por dar mejores resultados y mucho menos desconocer las vidas que no pocos uniformados han entregado en el cumplimiento de su deber. Eso es innegable.
Sin embargo, la población considera que ocupar un cargo de elección popular es un premio que obtiene el candidato y no creo que esté dispuesto a dárselo a quienes encabezando las corporaciones de seguridad pública no han dado el resultado esperado.
Y ese es el caso de Almaguer y de Caro Cabrera, por mencionar a los dos políticos que hoy son responsables de la seguridad pública en el Estado y en Guadalajara.
Hay que esperar para conocer el camino que ha decidido tomar en su carrera política el fiscal Eduardo Almaguer, pero la realidad de hoy es que buscar ser candidato y salir a pedir el voto ciudadano es un riesgo mayor que no hay duda que él está dispuesto a correr.
Y si lo logra, merecerá el reconocimiento de propios y extraños. Habrá que darle tiempo.