Cuando el periódico Mural le preguntó al dirigente sindical de la iniciativa privada jalisciense (Viernes 7) por qué había “bajado” sus críticas al gobierno estatal, el matutino publicó que Oscar Benavides Reyes dijo: “Que antes era severo porque así era el sentir de la IP, por la falta de apoyos”.
Efectivamente, hoy el discurso de Oscar Benavides, en particular, y de otros “cúpulos”, en general, tiene otro tono hacia el gobierno, comparado con el que tuvo durante prácticamente el primer año de gestión de Jorge Aristóteles Sandoval Díaz.
Ayer, como el propio Benavides lo dijo, la cúpula empresarial era “severa”, “dura”, crítica. Hoy es suave, dócil, complasciente… silenciosa.
Y eso fue muy evidente cuando escuchamos a los “cúpulos” opinar sobre el primer informe de gobierno de Sandoval Díaz. ¿Críticas? ¡Ninguna!
La respuesta que dio Benavides al diario local no tiene desperdicio: “… Así era el sentir de la IP, por falta de apoyos”. O sea que por su conducto, el empresariado acordó “golpear” al Mandatario estatal para lograr sacarle recursos económicos en su provecho.
Hoy ya no lo critican; por lo tanto, ya reciben el apoyo económico del erario público.
Pero si bien el Ejecutivo ya abrió la “cartera” para beneficiar a la IP, ya no lo hace con el derroche que lo hizo la pasada administración estatal y a lo que se acostumbraron los empresarios que, por supuesto, ahora resintieron y se molestaron porque se les cerró la “llave” del despilfarro y se les “amarraron las manos” en áreas como el Fojal, donde dicen que la Coparmex, concretamente, manejaba los recursos a su gusto y beneficio.
Pero nada más lejano a lo que pretendió decir Benavides, de que “doblaron” al Ejecutivo. Por el contrario, el gobierno estatal “dobló” a los empresarios a quienes no les quedó otra que modificar su lenguaje y discurso hacia el Mandatario.
Y es que, efectivamente, la Coparmex y otros “cúpulos” pusieron el “grito en el cielo” cuando la nueva administración estatal frenó el abuso que hacían de Fojal, donde los beneficiados era una camarilla de amigos y familiares. “Patalearon”, pero a la advertencia de que serían auditados y fiscalizados los recursos que manejaron, los empresarios guardaron la compostura y cerraron la boca.
Otro ejemplo: El gobierno anterior le “regaló” a la IP 130 millones de pesos para la construcción del edificio “México, Innovación y Desarrollo” (MIND). El gobierno actual solicitó le fueran facilitados, de cortesía, algunos espacios para instalar ahí el Centro de Innovación, Ciencia y Tecnología; o sea, que el Gobierno del estado no tuviera que pagar la renta en un edificio para cuya construcción ya había aportado un monto millonario.
Los industriales se negaron y le mandaron decir que si quería espacios, pagara la respectiva renta. Sin embargo, cuando se les hizo saber que estaba en camino una auditoría a dichos recursos recibidos para la construcción del inmueble, cambiaron de parecer, cedieron dos pisos al gobierno estatal y mandaron decir que bastaba con que se pagara la cuota de mantenimiento.
Y así como estos dos casos, hay otros más que siguen bajo investigación donde el empresariado jalisciense recibió recursos públicos y cuyo manejo no está muy claro.
Ahora se entiende, pues, por qué el cambio de tono del discurso de los “cúpulos” empresariales hacia el gobierno de Jorge Aristóteles Sandoval.
Bien dicen que “el miedo no anda en burro…”.