La percepción social de que el gobernador Enrique Alfaro Ramírez ha perdido el “encanto” con el que ganó enormes simpatías y se colocó entre los nuevos valores de la política a nivel nacional desde la oposición, hasta lograr llegar a la gubernatura de Jalisco, es ratificada con números por Consulta Mitofsky, con lo que se confirma que no es lo mismo ser oposición que ser gobierno.

Y lo anterior lo han experimentado políticos de todos los colores y sabores, llámense como se llamen y sean del partido político que sea.

De acuerdo a una encuesta levantada entre “mexicanos mayores de 18 años con dispositivos móviles inteligentes con acceso a internet” durante el pasado mes de enero y revelada ayer, Consulta Mitofsky demuestra la caída gradual que ha sufrido Alfaro Ramírez, particularmente a partir de septiembre del año pasado.

Esto demuestra que conforme avanzan los meses, es mayor el porcentaje de jaliscienses que están en desacuerdo con su gobierno o es menor el porcentaje de quien lo aprueba, según el cristal con que se mire.

Como se aprecia en el cuadro superior que acompaña a este texto -elaborado por Consulta Mitofsky-, en agosto del año pasado un 35.9% de los encuestados estaba de acuerdo con el gobierno alfarista y eso lo colocaba en el lugar número 15 del ranking de gobernadores del país, pero en septiembre cayó dos peldaños y fue colocado en el lugar 17 con un 34% de aprobación.

En octubre cayó otros dos puntos para alcanzar un 32% de aprobación, colocándose en el lugar 18. En noviembre, aunque repuntó y logró 33.4% de aprobación, no fue suficiente para evitar caer otros dos lugares y ocupar el número 20. Y en los meses siguientes no ha logrado detener esa debacle.

En diciembre, al cumplir un año en el gobierno, se ubicaba en la posición número 22 con una aprobación del 31.2%. O sea, dos posiciones menos y 2.2% por debajo de lo logrado el mes anterior. Y este año 2020 el panorama no parece mejorar sino, por el contrario, augura que la caída continuará, al caer otra posición más y quedar en el lugar 23 con una aprobación del 31%.

En síntesis, de acuerdo a Consulta Mitofsky, en los últimos cinco meses el gobernador Enrique Alfaro ha caído ocho posiciones al pasar del lugar 15 en agosto al número 23 en enero, y perdido casi cinco puntos porcentuales de aprobación de sus gobernados.

Podemos enumerar muchas razones y factores que expliquen la caída del gobierno alfarista, pero las preguntas obligadas son: ¿Cuándo parará esta caída del Mandatario jalisciense? ¿Qué puede hacer que se detenga su debacle? ¿Qué puede suceder o qué tiene que hacer para que comience a repuntar?

También podemos encontrar varias respuestas a las preguntas anteriores, pero depende de él tener la voluntad política y la decisión de evitar que su gobierno termine calificado como uno de los peores que ha tenido Jalisco. Y es que ni la famosa “Refundación” ni su forzado Constituyente se advierte que sean su tabla de salvación; por el contrario, insistir en una figura que a nadie convence y mucho menos se le entiende y apostar por crear una nueva Constitución en el Estado, son asuntos y temas considerados de menor importancia frente a los graves problemas que enfrenta la ciudadanía, comenzando por la gravísima inseguridad que viven.

Y si no, al tiempo…