Por Julio César Hernández

Como si la dirigencia estatal del PRI no tuviera ya suficientes problemas, se abrió un nuevo “frente” en contra, que es lo que queda del Frente Juvenil Revolucionario (FJR).

Trascendió que alrededor de las once de la mañana, el dirigente priísta, Javier Galván Guerrero, le pidió al encargado de la dirigencia del sector juvenil, Iván Ortiz, que desocupara las oficinas fue tienen en el edificio priísta de Calzada del Campesino 222.

Sorprendido, el joven Ortiz le preguntó al también diputado local si los estaba corriendo del partido -bueno, del inmueble-, a lo que Galván le respondió que “piensa lo que quieras”, pero que tenían que desalojar ese espacio.

Obviamente los muchachos no atendieron la exigencia de su dirigente y se pretrecharon en sus oficinas.

Hasta el momento de escribir estas líneas, se desconocía el fin de este nuevo capítulo que demuestra que los priístas van de mal en peor.