Por Julio César Hernández

El ex senador panista, Felipe Vicencio Álvarez, revela: “El padrón se ha convertido en un botín codiciado al interior del PAN. Quien tiene el padrón, tiene los votos; quien tiene los votos, tiene las posiciones. En este silogismo, sale damnificado el partido, pero también la sociedad…”.

Alfredo Argüelles Basave, presidente del PAN en Guadalajara, lo secunda: “El padrón se está convirtiendo en una carga para el partido. Inclusive para su toma de decisiones. Y si el padrón sigue así, con las reglas que actualmente tenemos, vamos a seguir en lo mismo…”.

Vicencio y Argüelles hablan y hablan claro. Ponen sobre la mesa el motivo de las disputas al interior del PAN por parte de los dos principales grupos que hoy luchan por quedarse en el poder: los emilistas y los paquistas.

Y el motivo de esa discordia panista es el padrón de militantes.

Vicencio Álvarez abunda: “Ahí es donde debemos ser cuidadosos, ahí es donde todavía no hemos terminado de resolver cómo los procesos internos de decisión pueden permitir que no haya esta visión del padrón como un botín; cómo lograr que el padrón sea la expresión de los ciudadanos que libre y conscientemente quieren contribuir a las causas del PAN y, por otro lado, nombrar a nuestros candidatos y dirigentes sin que esa presión del padrón se convierta en el factor determinante”.

Y pone en evidencia lo que hasta ahora es un “secreto a voces” fuera de los grupos panistas: “Así, la nómina de los gobiernos y el control que se ejerce sobre la militancia, no tendría el atractivo que hoy tiene. Estamos frente a un problema serio: cómo definir nuestras candidaturas, cómo definir en estos juegos internos las cosas, sin que el padrón sea el botín en disputa”.

El dirigente del comité municipal en Guadalajara, Alfredo Argüelles, señala, por su parte, que él mismo vivió la amarga experiencia del desinterés de la militancia panista tapatía por participar en una asamblea donde rendiría su seundo informe y se eligiría a sus candidatos a consejeros nacionales para participar en la pasada asamblea estatal.

De los 4 mil 300 militantes, únicamente se registraron 970, cuando se requerían un mil 151 para que hubiera quórum.

“Estoy seguro que cuando Guadalajara tenga su convención para elegir a su candidato a presidente municipal, van a estar presentes los 4 mil 300 panistas acreditados”, dice con resignación.