Hoy por la tarde el diputado sin partido, Pedro Kumamoto Aguilar, dará a conocer su agenda política para 2018. Se dice que ahí revelará a qué nuevo cargo público aspirará el año próximo y anotan que puede ser a la diputación federal o a la presidencia municipal de Zapopan, aunque hay quien lo coloca -en un arranque de locura- “por las nubes” y lo “calienta” para que busque la gubernatura.
Y es que hay quienes se engañan -y buscan engañarlo- al creer que el simple apellido le dará la mayoría de votos, por encima de los partidos políticos, para ser gobernante. Craso error.
¿Cuál debería ser el camino por andar del joven Kumamoto? ¿Continuar su carrera legislativa y seguir impulsando programas o iniciativas que comenzó en el Congreso del Estado con el apoyo del resto de sus compañeros legisladores -reitero que solo no ha logrado nada- o dar el salto al trabajo ejecutivo en uno de los municipios más grandes del país?
Simplemente recordemos que sobre el triunfo de Pedro Kumamoto en 2015 se mantiene la sospecha -para mí no lo es- de que fue impulsado por el alfarismo, pues hasta el momento nadie ha podido explicar cómo es que el partido Movimiento Ciudadano ganó las alcaldías metropolitanas, excepto Tonalá, un gran número de distritos y extraña y curiosamente la diputación que perdió fue la del distrito 10 donde contendió Margarita Alfaro… prima del hoy presidente municipal de Guadalajara.
No minimizo el trabajo y el esfuerzo de Kumamoto y su equipo, pero no se engañen, quizás ahí está la explicación de por qué obtuvo la mayoría de votos con una campaña bastante austera.
Pero hoy Kumamoto es ya diputado, ha hecho un buen papel, sabe manejarse muy bien mediáticamente y cuenta con la simpatía y el apoyo -como en su momento sucedió con Enrique Alfaro-, de un amplio sector de los medios de comunicación, por no decir que prácticamente de todos.
Así es que, ¿cuál debe de ser el futuro político de Pedro Kumamoto? ¿Diputado federal o presidente municipal? Mi pronóstico es que debe buscar ser legislador federal por el distrito 10 que actualmente representa y desechar los “sueños guajiros” de ser alcalde o gobernador… por el momento.
Por qué no ser alcalde. Kumamoto no tiene la estructura logística y política que se requiere para trabajar y cubrir un municipio como Zapopan, que ni siquiera algunos partidos políticos han logrado. Su agrupación, Wikipolítica, aún no le alcanza para eso. Es falso creer que con sólo mencionar el apellido Kumamoto en todos los rincones de los distritos cuatro y seis -y no sé si en el 10- será suficiente para imponerse al trabajo político que ahí han hecho partidos como el PAN, el PRI, el propio Movimiento Ciudadano y ahora Morena, por mucho que se diga que la ciudadanía ya está cansada de los partidos. No es la generalidad, mucho menos en las zonas populares.
A lo largo de sus casi dos años como legislador, Kumamoto y su equipo no han hecho un trabajo político territorial por esos distritos cuatro y seis, y ni siquiera en todo el distrito 10. Así, no hay esperanzas de superar a quienes sí lo han realizado y entre quienes estará la competencia.
Para ser alcalde se requiere de todo un equipo de colaboradores probados para las tareas que tendrán encomendadas, comenzando por el gabinete legal y ampliado y muchos espacios más que, al momento, no se sabe cómo puede cubrirlos. Se necesita también una planilla de candidatos a regidores que le sume votos y no advertimos un listado de prospectos que lo garanticen.
Hay muchos factores más que creo le son desfavorables para buscar ser alcalde. Vamos, hay que reconocerlo: Pedro Kumamoto no se ha preparado, ni ha preparado el terreno, para ser presidente municipal de Zapopan.
Por qué ser diputado federal. Nadie puede negar que Kumamoto, por diversas razones, algunas ya referidas líneas arriba, ha sobresalido más de lo esperado como diputado local. Se ha ganado espacios en los medios nacionales e internacionales, comenzando por ser el primero que lo es sin representar a ningún partido político. Ha tenido una carrera legislativa exitosa y sobresaliente, es cierto.