Por Julio César Hernández

Bastante inocentes se vieron aquellos diputados que “filtraron” a algunos medios de comunicación la versión de que el secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, descartó a su “cachorro” Jorge Salinas Osornio como candidato a la presidencia municipal de Guadalajara, y que frente a varios diputados con los que se reunió en una comida “destapó” y le dio el “espaldarazo” para esta candidatura al diputado federal Raúl Alejandro Padilla Orozco.

Y más inocentes e ingenuos fueron quienes se creyeron esta versión.

Si Ramírez Acuña hizo lo que dicen que hizo de manera pública ante los legisladores, fue con la intención que ahora ve concretada: el que rápido se “filtrara” y difundiera en los medios locales.

O sea, llevaba “jiribilla”.

Si el ex Gobernador descartó a Salinas y alentó a Padilla, no es complicado entender la “jugada”: cuidar a su “cachorro” y poner en la palestra al diputado federal. Ahora sí que con la completa intención de “péguenle al negro”.

¿O no creen que si eso hizo Ramírez Acuña, el propósito es irle quitando adversarios a su potencialmente candidato, Salinas Osornio?

¿O acaso creen que en estos momentos en los que no ha bajado el nivel de enfrentamiento entre los paquistas y emilistas, el titular de Bucareli va a lanzar a la “cueva de los leones” a uno de sus alumnos más avanzados?

Estoy seguro que Francisco Ramírez Acuña no pudo contener la risa al confirmar que ni tardos ni perezosos algunos de esos diputados que invitó a comer “filtraron” lo que él quería que se supiera, nada más para “tantear” a varios de esos legisladores.