Julio César Hernández
Quien crea que el que Aristóteles Sandoval haya reculado a la adjudicación directa para la adquisición de patrullas es un severo “golpe” a su imagen con miras a la sucesión del 2012, está equivocado.
Quien crea que esta decisión será un arma que la oposición, particularmente el PAN, machacará contra el priista, está en lo correcto.
Pero eso queda para los más enterados, porque la ciudadanía hoy se pregunta por qué Aristóteles Sandoval se convenció de que la transparencia era benéfica para ella hasta que las cúpulas empresarialesle hicieron, prácticamente, “manita de puerco”, lo arrinconaron y lo obligaron a dar marcha atrás en lo que muchos creyeron era un “jugoso” negocio de algunos de sus amigos.
Y es que Aristóteles dijo ayer, después de que fue sometido por los empresarios:
“Tomé la decisión de que se hiciera la licitación pública, abierta, transparente de la arrendadora y de la adquisición de patrullas, esto en beneficio de la ciudad después de una reflexión”.
¿Por qué antes de aprobar la adjudicación -que ahora reconoce tácitamente que no era una decisión transparente-, no “reflexionó” qué era lo mejor para la ciudadanía?
¿Por qué ni Javier Galván Guerrero ni Eduardo Almaguer -que dieron la cara durante la crisis de las patrullas- le hicieron ver en su momento qué era lo más benéfico para la ciudadanía? ¿O será que únicamete pensaron en lo que era benéfico para ellos?
Y si es así, entonces ¿lo dicho por Aristóteles quiere decir que la licitación es benéfica para la ciudad, pero perjudicial para sus amigos que se sospecha pretendían obtener grandes ganancias con estae movimiento?
Tras confirmar que las cúpulas empresariales son capaces de”convencer” a nuestros gobernantes de qué es lo mejor para la ciudad y sus habitantes, vayamos anotando algunos nombres de sus representantes para promoverlos como candidatos para el 2012, así nos evitamos muchos “dolores de cabeza”.
¿Está usted de acuerdo?