El lunes pasado -hoy hace ocho días-, luego de que el presidente municipal de Zapopan, Jesús Pablo Lemus Navarro, montara su telenovela titulada “La venganza del ex-auditor”, el coordinador de la bancada edilicia del PRI, Salvador Rizo Castelo, le exigió en rueda de prensa que presentara la documentación para demostrar que la Auditoría Superior del Estado estaba equivocada al haberle aplicado un cargo por casi mil 300 millones de pesos en la cuenta pública de sus tres primeros meses de gobierno en 2015.
Rizo Castelo fue firme y categórico en su postura frente a la autoridad cuando incurre en irregularidades, como debe ser todo aquel que se precie de ser oposición y cumpla con su obligación de ser contrapeso del gobierno en turno.
Sin embargo, pocas horas después de ese mismo día el regidor Salvador Rizo fue descubierto compartiendo el “pan y la sal” con su homólogo del PAN, Guillermo Martínez Mora, y con… Jesús Pablo Lemus Navarro.
Ahí estaban los tres, en una área privada, en un rincón, de una de las tantas sucursales del restaurante “Los Arcos”, prácticamente escondidos de las miradas indiscretas de los demás comensales. ¿Qué platicaban? ¿Cuál fue el motivo de ese encuentro prácticamente “en lo oscurito”? ¿Estaban negociando algo en particular? ¿Estaban discutiendo asuntos que no podían hacerlo en el despacho de la Presidencia Municipal?
¿Por qué ese encuentro “en secreto” entre el regidor priista Rizo Castelo y dos de los principales detractores del ex auditor superior -Lemus Navarro y Martínez Mora- que hoy aseguran que las irregularidades encontradas en los tres primeros meses de gobierno del ex dirigente sindical de los empresarios responden a una “venganza personal”, sin mostrar pruebas que la sostengan y mucho menos que demuestren que la ASEJ está equivocada?
¿Acaso el motivo del encuentro fue, precisamente, el escandaloso faltante de pagos por licencias y los derechos correspondientes que no hicieron los desarrolladores inmobiliarios, de fraccionamientos, en Zapopan, igual que como sucedió con el panista Juan Sánchez Aldana?
Si éste fue el tema, ¿qué fue exactamente lo que trataron? ¿Acaso Lemus y Martínez Mora convencieron a Salvador Rizo de que ellos tienen la razón y no la Auditoría Superior? ¿Le mostraron los documentos que Rizo exigió o reclamó en la rueda de prensa? ¿Amarraron algún acuerdo entre los tres ex contendientes por la alcaldía de Zapopan? ¿Hubo alguna negociación “en lo oscurito”? ¿O qué fue lo que abordaron en esa reunión casi en la clandestinidad? ¿Abordaron temas que los ciudadanos, que los zapopanos, no deben de conocer?
Hasta el momento, Salvador Rizo ha guardado silencio sobre esa reunión privada que sostuvo en un lugar público con Jesús Pablo Lemus y Guillermo Martínez Mora casi dos horas después de las ruedas de prensa que los dos primeros ofrecieron sobre los cargos millonarios impuestos por la ASEJ.
Si de por sí hay la sospecha de que los regidores de oposición en Zapopan fueron “maiceados” para que dieran su aval para la ya de por sí polémica y no concluida licitación para el alumbrado público, ¿qué debemos de pensar de este encuentro que Rizo tuvo con los dos ex presidentes de la Coparmex?
Ojalá y Salvador Rizo convoque a una nueva rueda de prensa para que revele cuál fue el motivo de esa reunión cuasi secreta -no lo fue porque fueron descubiertos- que sostuvo con Jesús Pablo Lemus y Guillermo Martínez Mora, el mismo día en que “tronó” la bomba de los millonarios cargos al Ayuntamiento de Zapopan, y qué fue lo que acordaron, porque quiero creer que fueron asuntos de carácter público, de asuntos de gobierno, de temas públicos, y no de cuestiones personales.
¡Ah! Por cierto, quien los descubrió fue José Antonio Fernández, conductor del noticiero nocturno de Televisa Guadalajara, según lo platicó él mismo al día siguiente, el martes, en su programa radiofónico en el que dijo que al verlo, los tres comensales se mostraron sorprendidos.
“Piensa mal, y acertarás”. “No hagas cosas buenas que parezcan malas…”.