Por Julio César Hernández

El propósito del gobierno del Estado y su partido, el PAN, de socavar las serias posibilidades que tiene el PRI de recuperar espacios y terreno en las próximas elecciones del 2009, obligándolo a recibir menos recursos económicos que los establecidos en el nuevo Código Electoral, fracasó.

Y las declaraciones del secretario general de gobierno, Fernando Guzmán Pérez Peláez, llegan demasiado tarde y están fuera de lugar. Guzmán Pérez dijo:

“No aceptar la reducción (de las prerrogativas) demostraría irresponsabilidad por parte de los partidos que no hagan eco de la petición ciudadana, porque es demasiado dinero 500 por ciento de aumento…”. Y luego agregó: “Si hay alguien que no quiera ajustarse a lo que demanda la sociedad, está en su derecho”.

Si hay alguien que no puede hablar de austeridad ese es el Ejecutivo, pues no sólo ha derrochado recursos públicos en cosas de poco o nulo beneficio para los jaliscienses, sino que no ha asumido un compromiso serio de aplicar una política de ajuste en sus gastos. Resulta difícil creer que al gobierno del estado le remuerda la conciencia por el monto que recibirán los partidos políticos, en particular el PRI, su principal adversario y un serio rival, cuando él, reiteramos, no asume ni aplica una política de menos gasto.

Tampoco es creíble que de la noche a la mañana al PAN le haya entrado la preocupación por el enorme monto de recursos económicos que recibirán, cuando no tuvo empacho alguno en aprobar dicho aumento y, posteriormente, defenderlo a capa y espada, aun y contra el reproche del propio Ejecutivo.

Fernando Guzmán pretende exhibir al PRI como un partido insensible, ambicioso, que lo único que le interesa es el dinero. ¿Pero no ha sido el dinero el eje del hacer y deshacer no sólo de los partidos políticos sino del gobierno estatal y de muchos municipales, que parece no tienen llenadero?

Y ni qué decir del Poder Legislativo, que gasta “a pastos” sin la menor consideración. O aquellos Ayuntamientos donde se hartan de galletas, jugos, refrescos y frutas a costa del erario público. Tan ambicioso es el PRI como es el PAN, el PRD, el PANAL, el Verde Ecologista y el del Trabajo, que juntos acordaron darse un incremento del 500%. Y ejecutores de esa decisión fueron sus bancadas en el Congreso del estado.

Y ambiciosos y poco sensibles son las autoridades estatales y municipales, así como los propios diputados, quienes no tienen cara para expresar un “mea culpa” mientras por debajo de la mesa hacen negocios y gastan en su beneficio lo que no es de ellos.

Ni cara tienen para pedir hoy austeridad.