La clase política en Jalisco, de todas las corrientes partidistas, sigue escasa de cuadros de primer nivel, que puedan ocupar con estatura y buenos resultados los principales espacios del gobierno y la política local. Del gobierno y de la política nacionales mejor ni hablamos.
La salida de Arturo Zamora Jiménez de la Secretaría General de Gobierno y las dificultades que ha habido para encontrarle un sustituto que genere confianza aquí y en el gobierno federal evidencian que el PRI, de regreso al poder estatal luego de 18 años en la oposición, está escaso de figuras que puedan llenar los principales espacios del gobierno estatal.
No sólo eso, a estas alturas, a un año de la elección intermedia del 2015, el PRI no tiene figuras fuertes ni liderazgos consolidados socialmente para competir por las alcaldías de Guadalajara y Zapopan.
Pero el PRI no es el único partido que carece de cuadros de primer nivel. El caso del PAN es aún más patético: luego de 18 años en el poder en Jalisco, los panistas tampoco tienen liderazgos con estatura política y social; así, mientras unos buscan competir en alianza con Movimiento Ciudadano en el 2015, otros buscan reciclar a figuras del pasado como Alfonso Petersen y Macedonio Tamez para que compitan por las alcaldías de Guadalajara y Zapopan.
En el caso del PRD ni hablar. La franquicia que administra el grupo político que control a la Universidad de Guadalajara se ha convertido en un partido con figuras de muy bajo perfil, que responden a los intereses del mismo, no de la izquierda.
En el caso del Partido Movimiento Ciudadano las cosas tampoco están como para ver al resto de los partidos de arriba a abajo.
Movimiento Ciudadano es un partido de un sólo hombre, Enrique Alfaro Ramírez. La evidencia más clara de esto es que este partido, salvo en el caso de Guadalajara donde competiría Alfaro, carece de figuras para contender por el resto de los municipios de la zona metropolitana.
Peor aún, MC es un partido que se ha convertido en bolsa de trabajo para políticos panistas y priistas caídos en desgracia, que no son tampoco ni grandes figuras ni lo mejor que ha generado la política local.
Sí, el panorama político de Jalisco es gris y las expectativas de que esto mejore pronto son prácticamente nulas.