Aun no concluye septiembre y Emilio González Márquez hizo bueno el pronóstico de Marcatextos: declinó a su aspiración por la candidatura del PAN a la presidencia de la República antes de iniciar los Juegos Panamericanos.
Sí, efectivamente, no era su plan hacerlo ahora sino hasta después de la justa deportiva, como se los dijo al propio dirigente Gustavo Madero y a los otros seis aspirantes cuando aun ninguno se retiraba, pero a Madero sí le urgía que lo hiciera ya ante el escenario complicado que se le avecina para definir el método de elección del candidato.
Y es que a sabiendas de que González Márquez no iba en serio por la candidatura -como lo confesó el propio Mandatario hoy en la rueda de prensa-, Gustavo Madero requería tener el terreno despejado de cualquier “ruido” para comenzar a operar con los tres fuertes aspirantes: Josefina Vázquez Mota, la “hija obediente”; Santiago Creel, el “hijo rebelde”; y Ernesto Cordero, el “hijo consentido”.
Al parecer el plazo que se fijó Madero para convencer a Emilio González de que adelantara lo que tenía pensado hacer después de los Panamericanos era esta semana antes de la celebración de su Consejo Nacional. Y lo logró.
Pero para ello tuvo que venir a Jalisco con números en mano y demostrarle a González Márquez que sus proyecciones numéricas no le daban para superar a quienes ya estaban muy por delante de él como Vázquez Mota y Creel Miranda, amén de que Cordero sería impulsado con toda la fuerza desde Los Pinos, y que el no dejar la gubernatura le hacia más que imposible crecer.
Fue así que se acordó adelantar la declinación, sin descartar que para ello se negociaron espacios no sólo para el propio Emilio González sino también para su gente, como podrían sr los espacios plurinominales en las candidaturas locales.
Vamos, sería inocente creer que Emilio González Márquez declinó y se quedó con las manos vacías. Eso en ningún partido sucede.