¿Cuál es el plan de Enrique Alfaro y Clemente Castañeda al haberle entregado Zapopan a Jesús Pablo Lemus Navarro, designarlo coordinador de los 20 candidatos a diputados locales y colocarlo en la primera posición de la lista de candidatos plurinominales al Congreso del Estado?

Hay tres lecturas iniciales: 1. “Reventarlo” al entregarle tantas responsabilidades que tienen un solo fin: ganar las 20 diputaciones y la alcaldía de Zapopan; 2. Convertirlo en el Plan “B” para el 2024, en caso de que por alguna razón no se logre concretar su Plan “A”, que es Ismael del Toro Castro de lograr la reelección; o 3. Que como responsable de “sus” candidatos en Zapopan y de coordinar a los candidatos al Congreso, si Movimiento Ciudadano recibe un fuerte descalabro en las urnas, entonces darle las gracias con aquella frase lópezmateísta del “¡Ni modo, compadre, nos chingaron!”, y de esta manera hacerlo a un lado, quitárselo de encima y dejarlo como uno más de la fracción legislativa naranja.

Porque bien planteó un emecista cercano a Casa Jalisco: ¿Coordinar a los candidatos a diputados es responsabilizarlo del resultado de la elección del próximo seis de junio? ¿O negoció, incluso, que esa coordinación no implique responsabilizarse del resultado -positivo o negativo- electoral? ¿En qué consistirá, entonces, esa “coordinación”? ¿En un mero pretexto para “placearse” por el estado – ya se le “queman las habas” por hacerlo- para ser conocido en su propósito de candidatearse para el 2024 como ya lo confesó en sus redes sociales?

¿O por qué encargarle la coordinación de esos 20 candidatos? ¿Desde cuándo Jesús Pablo Lemus es “estratega” político-electoral como para entregarle esa responsabilidad? ¿Poco más de cinco años como presidente municipal su única experiencia política partidista-, lo convirtieron en el estratega que necesita Movimiento Ciudadano para que sus 20 diputados alcancen la victoria y aplasten a sus adversarios de Morena, que se advierten como sus más fuertes contrincantes?

Recuérdese que Lemus Navarro ganó la elección del 2015 y su reelección en 2018 bajo la sombra de la figura de Enrique Alfaro como candidato a la alcaldía de Guadalajara y luego a la gubernatura. Ahora el gobernador no estará en la boleta electoral y carga un pesado desgaste que no garantiza evitar se refleje en las urnas.

Pero, ¿a qué juegan Alfaro y Clemente con esta designación a Jesús Pablo? ¿A perder para quitárselo de encima y que deje de ser una “piedra en el zapato”? ¿A desgastarlo y hundirlo con un fracaso electoral? ¿O de veras es su nuevo “fichaje” al que “tallarán” con delicadeza, moldearán, para que sea su carta a jugar en 2024? ¿Realmente le encontraron todos los atributos y capacidades que debe de tener un estratega electoral, como para otorgarle esa responsabilidad y coordinar a candidatos como Salvador Caro Cabrera o Gerardo Quirino Velázquez -que conocen todas las mañas habidas y por haber de la política-, por mencionar a los más experimentados aspirantes a mantenerse como legisladores?

Aunque en su perfil en Twitter se presenta como “sin militancia en partido político” -ya le borró la leyenda anterior entre paréntesis que decía “ni ahora ni nunca”-, Jesús Pablo Lemus es hoy, al ir en la lista plurinominal, candidato “de” partido, eso lo hace velar y defender los principios de Movimiento Ciudadano, partido al que deberá agradecerle ser diputado local, y ya no a los votos ciudadanos como cuando ganó en 2015 y 2018.

Así pues, démosle la bienvenida a Lemus Navarro como nuevo integrante del partido Movimiento Ciudadano -aunque no esté en la lista de militantes ni tenga credencial que lo acredite como tal-, y que alguien le dé la bendición porque a lo que se enfrentará -incluso dentro del mismo MC- no será un paseo dominical.

Y si no, al tiempo…