Gilberto Pérez Castillo

Las dirigencias estatal y nacional de su partido, el PAN, el propio Gobierno del Estado y hasta sus compañeros regidores panistas presionaron fuerte para que Juan Sánchez Aldana, el Alcalde de Zapopan, cambie su estilo de desgobierno que tanto daño le está haciendo al panismo en toda la zona metropolitana.

La reacción de los panistas se suma, por supuesto, a la fuerte presión que han venido haciendo los regidores priistas de ese municipio, a los que se sumaron esta semana trabajadores del Ayuntamiento, regidores priistas de otros municipios, diputados locales y la dirigencia estatal del PRI.

Como lo hemos visto en más de un año de mal gobierno, el verdadero Juan Sánchez Aldana es prepotente, intolerante e incapaz de llegar a acuerdos por las buenas con sus opositores.

Pero las presiones de los priistas y el ultimátum de los panistas obligaron al alcalde zapopano desde la semana que terminó a ponerse una mascara de cordura, madurez y capacidad de negociación que oculta su verdadera cara.

Desde esta semana Juan Sánchez Aldana se mostró conciliador con aquellos trabajadores que se manifestaron, y a los que amenazó con correr de su trabajo, aceptó otorgar un incremento salarial que juro no daría, sacó adelante propuestas provenientes de regidores priistas y que tenía congeladas y buscó negociar con la fracción del PRI en el Cabildo.

Ahora falta ver si la fracción priista de regidores se traga el anzuelo de este falso Sánchez Aldana o si prefieren seguirse enfrentando al de verdad, oculto tras la mascara que le obligaron a ponerse.