El 26 de febrero pasado -casi un mes después de su visita a Palacio Nacional-, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez se deslindó del “espaldarazo” que los demás integrantes de la Alianza Federalista le daban a su colega Francisco Javier García Cabeza de Vaca -en una reunión celebrada en Nuevo León-, ante las acusaciones que la Fiscalía General de la República hacía en su contra por operación con recursos de procedencia ilegal, defraudación fiscal y delincuencia organizada.

En aquella ocasión, ante los gobernadores de Aguascalientes, Coahuila, Colima, Guanajuato y Nuevo León, el mandatario de Michoacán, Silvano Aureoles, leyó un documento signado por ellos a nombre de la Alianza en el que asentaban que no permitirían que se usara a las instituciones del estado para someter a los adversarios políticos y que, por lo tanto, “nos defenderemos y defenderemos a cualquier integrante de la Alianza Federalista que sea atacado”,

Ese mismo día, a los pocos minutos de hacerse público el pronunciamiento de los gobernadores, Alfaro inmediatamente escribió en sus redes sociales lo siguiente:

“Las declaraciones que mis colegas hagan ante los medios, no necesariamente forman parte de la agenda que compartimos (…). Los señalamientos y el tono usado para hablar de otros asuntos no acordados, como la situación que atraviesa el gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, son posturas personales que no forman parte de la agenda consensuada entre todos”. Y luego precisó: “Cada quien debe asumir la responsabilidad de lo que declara públicamente…”.

Pero más adelante, Alfaro le dio un “espaldarazo” al titular de la Fiscalía General de la República (FGR) contra lo declarado por sus compañeros gobernadores: “Creo que el fiscal Gertz Manero es un hombre serio que no se prestaría al uso político de la institución que preside. Confío en que este asunto se resuelva con apego a la legalidad y al estado de derecho…”.

Ahora dos meses después de aquel episodio en Nuevo León y cuando la investigación de la FGR, encabezada por Gertz Manero -en el que Alfaro dijo confiar-, llevó a la Comisión Instructora de la Cámara de Diputados a aprobar el proponer al pleno de los diputación el desafuero de García Cabeza de Vaca, el gobernador de Jalisco se sumó a la condena de la Alianza Federalista a esta decisión legislativa.

Pero es que en este nuevo documento de los gobernadores rebeldes no se sale a la defensa de García Cabeza de Vaca, no se alega que sea inocente, no se argumenta que los cargos que se le endosan fueron “fabricados” y, mucho menos, que se utilice a las instituciones para someter a los adversarios políticos. No, nada de eso. Hoy el reclamo de los Mandatarios es porque, como lo dice su documento, “existen dos raseros (varas) para impartir justicia en nuestro país: la de los opositores políticos y la de los congraciados con el régimen morenista“. (cursivas en el original). “Sencillamente -agregan-: ‘Justicia a Modo'”.

Y sin duda tienen razón…

Hoy la posición de los gobernadores de la Alianza Federalista no es “García Cabeza de Vaca es inocente”, sino: “Si vas a sancionar a Francisco Javier” que es gobernador panista de oposición, entonces también castiga al senador morenista, Cruz Pérez Cuéllar, que presuntamente incurrió en actos de corrupción y que es de los suyos (morenos).

Este es el reclamo de los mandatarios rebeldes, y a este reclamo, donde ya no se cuestiona la actuación del fiscal Gertz Manero -ni se “mete las manos al fuego” por García Cabeza de Vaca- sino la incongruencia de los diputados morenistas, sí se suma el gobernador Alfaro Ramírez. No se deslinda ni del pronunciamiento ni del documento, y su firma sí aparece en el espacio de los famosos “abajofirmantes”.

El mensaje alfarista es: Mientras no se cuestione o critique a la Fiscalía General de la República y a su titular, Alejandro Gertz, y se pretenda salir en defensa de quien enfrenta serias acusaciones sin tener elementos de prueba para hacerlo, los nueve gobernadores de la Alianza Federalista contarán con el apoyo de su colega jalisciense; quizás por eso, no dudó en firmar un documento en contra de los diputados que simplemente tiene carácter político y que tiene el mismo valor que “una llamada a misa”.

¿O de veras creerán los gobernadores rebeldes que en San Lázaro su queja será escuchada?

… yo tampoco.