Ayer en una entrevista “banquetera” con los reporteros de la “fuente” sobre su conflicto con Raúl Padilla López y el Grupo Universidad, en el marco de la Feria Internacional del Libro, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez hizo una declaración que parece pasó desapercibida por el momento, pero que es muy importante registrarla y tenerla en cuenta.

Cuando le plantearon que “han pasado cinco o seis gobernadores y el poder informal de Raúl Padilla se ha mantenido”, el gobernador respondió puntualmente: “Ya llegó el gobernador que va a acabar con esa historia… ya lo veremos”.

Esta declaración toma mayor dimensión cuando escuchamos la intervención de Alberto Uribe Camacho -ex secretario general y ex alcalde de MC en Tlajomulco, hoy morenista-, ayer en la sesión del Cabildo de Zapopan, al hablar sobre la guerra de Alfaro contra Padilla y proponer se hiciera un exhorto al diálogo entre las partes enfrentadas. El ex emecista advirtió:

“Esto apenas empieza (…). Entiendo el sentimiento del gobernador; por supuesto conozco perfectamente el conflicto (…), lo que me da mucha tristeza es saber que va a seguir escalando, y si sigue escalando no nos conviene que estén haciendo marchas…”.

¿Hasta dónde llegará éste conflicto? ¿Hasta dónde los protagonistas están dispuestos a llevarlo? ¿Es realmente la declaración abierta de una guerra sin retorno? Decir que “ya llegó el gobernador que va a acabar con esa historia (de Raúl Padilla)”, es una declaración en la que Enrique Alfaro se juega “el todo por el todo”; con la que apuesta para ser “la cereza en el pastel” o el cierre con “broche de oro” de su sexenio al frente del gobierno de Jalisco. De no lograrlo, será el fracaso de su administración, por mucho que concluya la Línea 4 del Tren Ligero.

Sus declaraciones ayer en esta entrevista no pueden interpretarse de otra manera que su decisión por cobrar “cuentas pendientes”. Luego de confirmar que esta vez nadie del gobierno del Estado asistirá a la Feria Internacional del Libro como tampoco de los otros dos poderes, el Legislativo y el Judicial, Alfaro Ramírez “tronó”:

“En todos los poderes constitucionales, lo único que tenemos es (sic) ofensas, es mentira y son ataques en contra de quienes tenemos responsabilidades públicas, y esa dinámica tiene que parar; no puede seguir así, no se puede mantener silencio ante los actos que está generando este personaje que tiene secuestrada la Universidad de Guadalajara y su grupo de lacayos. Nosotros no vamos a guardar silencio ante esta situación (…). Queremos una Feria Internacional del Libro libre de caciques y vamos a hacer lo que está a nuestro alcance para lograrlo”.

Tras negar que fueran a boicotear la FIL, agregó: “Lo que no vamos a hacer es permanecer callados y permitir que un mafioso disfrazado de promotor cultural siga engañando a la comunidad cultural de este país y a la comunidad internacional. Esa historia se acabó (…); tener una universidad secuestrada es lo que no se puede permitir, y por eso llegó también el momento de decir que a Raúl Padilla se le acabó su veinte”.

Y abundó: “Hemos visto cómo los gobernadores del PAN, del PRI y ahora de Movimiento Ciudadano, tienen que lidiar con un personaje que ha lucrado con la Universidad de Guadalajara, la ha usado para sus propósitos personales, y tenemos que decirle: se le acabó el veinte (…). Estos señores de la universidad de… no de la universidad, de este grupo de lacayos de Raúl Padilla no tienen límite, han atacado a todos los poderes y ahora piensan que vamos a ir a sentarnos al evento del cacique a guardar silencio y a quedarnos callados. Se equivoca, esa historia se acabó”.

Ayer el gobernador Alfaro Ramírez, pues, lanzó lo que parece su meta antes de dejar el gobierno: acabar con la historia de Raúl Padilla López. ¿Lo logrará o será otra vez el sueño frustrado de un gobernador que fracasó en el intento, como antes varios más?

Al tiempo…