Si una coincidencia entre los asistentes dejó el quinto informe de gobierno de Enrique Alfaro Ramírez, rendido ayer, es que se advirtió un “tufo” de despedida, aún y cuando le queda un año más de gobierno. Las palabras, los gestos, el famoso banquito, el reconocimiento a sus colaboradores, en particular al secretario general de Gobierno, Enrique Ibarra Pedroza, y otros detalles más dejaron a la interpretación el futuro del Mandatario, que no terminó por convencer con aquello de que al final de su sexenio se retira de la política, como lo ha dicho reiteradamente.

“Estoy orgulloso de haber encabezado estos cinco años un gobierno que ha dado resultados y que ha enfrentado la adversidad…”, dijo Alfaro, en tanto que hubo quien cuestionó si no pudo haber dicho: “estoy orgulloso de encabezar un gobierno que ha dado resultados y que ha enfrentado la adversidad”. ¿Por qué hablar como si hubiese sido su último año? se preguntaban.

En su mensaje del pasado 26 de octubre, a través de sus redes sociales, escribió: “Hace unos minutos cerré mi ciclo en la política electoral. Lo hago orgulloso de lo que logré al lado de miles de hombres y mujeres libres de Jalisco. A partir de mañana entrego la estafeta a quienes se quedan a construir el futuro de nuestro movimiento. Sé que lo harán muy bien. Yo estaré concentrado en cumplir con mi responsabilidad como gobernador hasta el último día…”.

¿De veras cerró su ciclo en la política electoral o sólo lo hizo en Jalisco, con lo que estaría replicando la actuación de su ex homólogo del Estado de México, Alfredo del Mazo, de no “meter las manos” en el proceso electoral por la gubernatura y dejar que quienes recibieron la estafeta asuman toda la responsabilidad del triunfo o de la derrota?

Y es que en la Ciudad de México dicen tener “otros datos” y ven al gobernador Enrique Alfaro en el equipo de campaña de Marcelo Ebrard Casaubon si se concreta su salida de Morena e incursión en Movimiento Ciudadano como su candidato presidencial, decisión que esta por tomarse en los próximos días. Hay quienes lo ven no sólo en su equipo, sino coordinando la campaña del ex Canciller y hasta en su gabinete -¿Sedatu?-, en el hipotético caso de que ganara los comicios del 2024.

No es desconocida la añeja amistad que existe entre Alfaro y Ebrard, amistad que no ha sufrido desgaste alguno aún y cuando aquel dijo que prefería como candidato presidencial de MC a alguien interno (Samuel García) que externo (Marcelo), pero apenas en septiembre pasado ambos sostuvieron encuentros privados aquí en Jalisco con personajes muy selectos. El primero, el 12 de septiembre en Tequila con la cúpula de la Concamín; el segundo, el sábado 16 previo a la pelea de “El Canelo”, en el hotel Hyatt Andares, con el círculo más cercano del aspirante presidencial.

A partir de entonces cada uno continuó con sus respectivas tareas: Marcelo aprovechó para irse a Europa a “cargar pilas” para lo que viene y Alfaro a sacar adelante el proceso de sucesión en Jalisco y rendir su quinto informe de gobierno.

Ahora, ambos parecen estar libres de cualquier compromiso y sólo estarían esperando a que llegue el momento de la gran decisión: Ebrard, renunciar a Morena, sumarse a Movimiento Ciudadano y ser declarado su candidato a la presidencia de la República. Alfaro, esperar el mejor momento para solicitar licencia, dejar en el cargo a Ibarra Pedroza y sumarse al equipo de Ebrard Casaubon.

¿Se cumplirá este escenario que observan desde la capital del país o el tiempo le dará la razón al dirigente morenista Mario Delgado de que no se le hará a Dante Delgado llevarse a Marcelo a su partido y Alfaro Ramírez se quedará a terminar su sexenio como espectador de un proceso electoral que se advierte complicado para Movimiento Ciudadano?

Al tiempo…