“Candidato a la presidencia de la República o nada”, condicionó el sábado pasado el gobernador Enrique Alfaro Ramírez su futuro político rumbo al 2024.

¿De qué depende que Alfaro sea candidato o no? Primero, de la decisión última que tome Movimiento Ciudadano sobre cómo jugará finalmente la elección presidencial, pues si bien ha reiterado que no se sumará a coalición opositora alguna, lo que sí podría hacer es apoyar a un candidato común, independientemente quién lo postule, como podría ser Marcelo Ebrard Casaubon; y segundo, de que el “dueño del balón”, Dante Delgado Rannauro, se la quiera “jugar” con él, cosa poco probable porque no es garantía de un buen resultado, que no necesariamente es lograr la presidencia sino un crecimiento a nivel nacional.

Además, no hay que perder de vista que Dante no asistió a la conferencia de Alfaro en Expo Guadalajara, mientras Alfaro no asistió a la comida posterior en la que sí estuvo Delgado Rannauro en la Casa de los Abanicos. ¿Coincidencia?

Por lo tanto, como lo referí en nuestra entrega de ayer, al no lograr la candidatura presidencial, una de las tres opciones que tiene el gobernador Alfaro, y la que considero más probable -en este momento-, es quedarse a concluir su sexenio hasta la medianoche del cinco de diciembre del 2024, por una simple e indiscutible razón: Porque sólo él puede operar con éxito la sucesión de Jalisco en Movimiento Ciudadano. Así de simple.

He aquí algunos argumentos del por qué advierto este escenario:

  1. El enfrentamiento de Jesús Pablo Lemus en contra de Manuel Romo, Alberto Esquer, Clemente Castañeda y Salvador Zamora, a finales del año pasado -herida que aun no cierra, dígase lo que se diga-, descompuso y enrareció el ambiente al interior de Movimiento Ciudadano, quizás antes de lo esperado. Y es que este hecho era latente que podría ocurrir en cualquier momento y tiene un antecedente nada menor: el enfrentamiento directo y público de Lemus contra el propio gobernador Alfaro por el caso de la Villa Panamericana.
  2. Si bien inicialmente dejó correr el pleito de Pablo en contra de Manuel, Alberto, Clemente y Salvador, el gobernador dio el “manotazo” en la mesa para poner orden y cerró la “pinza” con la dirigencia nacional de MC aquel cinco de diciembre del 2022, pues mientras Lemus fue llamado a pararse ante la Convención Nacional de MC y obligado a disculparse ante todos los emecistas ahí presentes, ese mismo día en rueda de prensa en Casa Jalisco, Alfaro Ramírez le leyó la “cartilla” al munícipe de Guadalajara sin necesidad de mencionarlo por su nombre.
  3. A la luz de los hechos, este conflicto aceleró la toma de decisiones que posiblemente estaban agendadas para tiempo después dentro de MC, y obligó a que de Casa Jalisco salieran instrucciones para la ejecución de estrategias que “blindaran” no sólo al partido sino a todo un movimiento que se estaba preparando para enfrentarse al exterior y no a un conflicto interno que “brincó”, repito, antes de lo que se hubiera esperado.
  4. Es así que se implementa y se da a conocer, primero, el resultado de una encuesta con la que se envía un contundente mensaje a un destinatario en particular: Movimiento Ciudadano gana la gubernatura en 2024 con cualquiera de los cinco prospectos que se han mencionado en los medios de comunicación y redes sociales, y no sólo con Lemus Navarro como éste se ufanó en medio de su pleito en contra de los arriba mencionados…
  5. Es así que Lemus, Clemente y Esquer fueron llamados a Casa Jalisco en donde su inquilino les hizo ver las “reglas del juego”, en las que no está permitido el “juego sucio”…
  6. Es así que Clemente Castañeda decide hacer pública su aspiración de ser candidato y gobernador de Jalisco, ante la directiva de la Canaco, luego que Dante declaró que.
  7. Si bien las últimas señales hasta ahora registradas son interpretadas como que Lemus se rezaga al interior de MC ante Castañeda y Esquer en la carrera por la gubernatura, independientemente de su popularidad, que no es el único factor que determinará quién es el candidato, será necesario hacer una operación milimétrica para contrarrestar o enfrentar cualquier rebelión o intento de “golpe” dentro del partido.
  8. Superada sin sobresaltos la primera fase del proceso interno en MC y definidos ya los candidatos, será necesario que el jefe político del movimiento maneje la segunda fase: la campaña, para intentar asegurar el triunfo en la gubernatura, las alcaldías metropolitanas y las principales del resto del estado, así como la mayoría en el Congreso del Estado.
  9. Y es que no puede entregarle al adversario, externo o interno, el poder, el gobierno, porque no está dispuesto a que el proyecto que estaba planeado durar cuando menos cuatro sexenios -Alfaro, Del Toro, Castañeda y Uribe-, sea “flor de un día” y sólo dure seis años.

En el 2024, en Jalisco no está en juego una simple gubernatura, alcaldías o diputaciones, ni mucho menos una presidencia de la República cuya candidatura está muy lejos de obtenerse. No, lo que está en juego en Jalisco es un proyecto político que se gestó durante casi una década y que dio su primer gran fruto en el 2018 cuando se ganó la gubernatura, y que estuvo a punto de naufragar en el 2021 con la renuncia de Ismael del Toro a buscar la reelección como alcalde de Guadalajara y su retiro de la política.

Este proyecto, por lo tanto, no puede ponerse en riesgo por una aventura -por no decir “calentura”-, que no tendrá éxito.

Por eso, ante el actual escenario que vive en su interior Movimiento Ciudadano y el panorama externo que no es muy halagador, es que planteo -por ahora, pues falta mucho tiempo y todo puede suceder-, que el gobernador Enrique Alfaro se quedará en Jalisco a manejar el proceso sucesorio en su partido y buscar entregarle a uno de los suyos la batuta naranja por al menos otros seis años, la noche del cinco de diciembre del 2024.

Y si no, al tiempo…